|  | REAL CRÓNICA DE ABRIL DE 1656(Número 359)
		Hasta los retiros espirituales pueden ser aburridos si se alargan demasiado.Padre Orland Touril
 GACETA MILITAR         
El informe que Tessier Dusel presentó al Maréchal de France a través de Guillaume de Foix, unido a la insistencia y las maniobras persuasivas de Renné Gade, ha tenido finalmente consecuencias. El Segundo Batallón de la Guardia Real ha sido voluntarizado para dar apoyo a la Brigada Pesada, que ha sufrido graves pérdidas este mes, ya que sus tropas están agotadas de tantos meses en campaña. Entre las bajas, la más importante ha sido precisamente la de su Brigadier al mando, Pierre Dubois, que cayó en un feroz combate al frente de sus tropas, cosa nada habitual entre el generalato hoy en día. Como decíamos, Renné Gade, Ch.d'H. Estaba convencido de que al menos un batallón de la Guardia Real tenía que ir a reforzar la campaña. Intentó que su inmediato superior, el Mayor Jean Duprey, voluntarizara el tercer batallón, pero entonces le llegó el rumor de que el Coronel iba a voluntarizar el segundo. Sin pensarlo dos veces, pidió el traslado de batallón mediante el intercambio con el capitán de la compañía D, que a la sazón acaba de ser padre y por lo tanto aceptó encantado la oportunidad de quedarse en París. EL coronel Jacques de la Touche aceptó, y el auvernés se encuentra ahora en campaña aunque por el momento no ha tenido oportunidad de ver mucha acción. Veremos lo que le deparan los proximos meses. ¡Le deseamos suerte, honor y gloria! 
 
R.I.P.Rogad a Dios por el alma de
 
 PIERRE DUBOIS
 Baron de Dubois
 
 
 ![[Cruz para la tumba]](/headstone.gif) Brigadier al mando de la Brigada de Guardias
 
 Su familia, amigos y compañeros regimentales agradecerán
 UNA ORACIÓN
 
 * * * ECOS DE SOCIEDAD Primera semana 
Cerca de la parroquia de Saint Honoré, un enorme roble, tan grande que sus hojas superan incluso el tejado de la pequeña sacristía adyacente, es mudo testigo de una inusual reunión. François Lampourde ha montado una carpa bajo sus ramas, y allí se reúnen cada anochecer varios fieles para pasar la noche en plegaria y meditación hasta el amanecer. Entre ellos destacan Alexandre de l'Oie y Damien Moreau; éste último acompañando a Isabel d'Artois y volviendo a escoltar a la dama hasta su casa al amanecer, mientras que la intención de de l'Oie parece ser más la investigación sobre el paradero del padre Orland, preguntando a todo el mundo si tiene algún indicio de dónde pueda estar, aunque sin mucho éxito. Durante el transcurso de las noches, oraciones por el regreso del padre Orland sano y salvo, meditación, sopa caliente servida por François Lampourde, breves descansos para aquéllos a quienes vence el sueño, y devoción, mucha devoción. En una de estas noches, sin embargo, algo extraordinario sucedió. De madrugada, en un momento dado, un agradable aroma de rosas invadió la concentración de devotos y, cuando éstos empezaban a comentar el hecho, se oyó un grito de asombro: frente al tronco del roble, la Virgen María se había aparecido a los asistentes. Inmóvil y sonriente, con el Niño en brazos, desató el éxtasis y el fervor entre los asistentes, que prorrumpieron en oraciones y gritos de "¡Aleluya!" y "¡Milagro!". La aparición duró unos cinco minutos, tras los cuales la Virgen desapareció tan súbitamente como había venido, dejando sólo tras ella un leve resto del olor a rosas que había anunciado su llegada. Ni que decir tiene que los devotos no cabían en sí de asombro y gozo al haber presenciado el hecho.
 * * * 
Otro suceso mucho más macabro ocurrió en casa de Cael de Rouen la misma semana. Laurélie Hagopian, que se encontraba allí de visita haciendo los preparativos para la boda, estaba en aquel momento abriendo los regalos que iban llegando a la mansión de manera casi continua. Le llegó el turno a una caja ricamente envuelta en una tela de colores vivos, con albatros blancos y soles dorados pintados, y un lazo de llamativos colores. Al abrirlo, Laurélie se encontró con una caja de madera, parecida a las que se usan para transportar pescado. Extrañada, levantó la tapa, y...
  Un aterrador chillido recorrió la casa de arriba a abajo, helando la sangre de todos los que estaban en ella en aquel momento. Le Baron de Rouen subió a la carrera las escaleras, para encontrarse con el espectáculo: su prometida desvanecida en el suelo, con las doncellas intentando reanimarla y, encima de una mesita, una caja en la que podía verse una cabeza humana, conservada en salmuera, sin dientes ni lengua, los ojos carbonizados y el símbolo de Kalfou marcado en la frente. Dentro de la caja, junto a la cabeza, un papel donde estaba toscamente escrito, aparentemente con un dedo empapado en sangre, "AL CÉSAR LO QUE ES DEL CÉSAR". Después de arrodillarse junto a su prometida y viendo que se trataba de un simple desmayo, el barón la dejó en manos de las doncellas, que a buen seguro sabrían cuidarla mejor que él y, venciendo su repugnancia, se acercó a la cabeza y reconoció al instante que pertenecía a Edmond Durant. Dentro de su boca, un naipe del Tarot: El Loco.
 
R.I.P.Rogad a Dios por el alma de
 
 EDMOND DURANT
 
 
 ![[Cruz para la tumba]](/headstone.gif) Fallecido en misteriosas circunstancias
 
 Su familia, amigos y compañeros regimentales agradecerán
 UNA ORACIÓN
 
 * * * 
Y con tantas noticias, casi no nos queda tiempo para la crónica teatral. La obra, de hecho, sin destacar en nada especial, fue entretenida e hizo las delicias del público: el Barón y la Baronesa du Foix en un palco, y Phillipe Le Clothes Du Lacoste en la platea, entre otros. También Francesco Maria Broglia tenía intención de asistir, pero Su Alteza Real el Delfín de Francia decidió ir a pasar el rato en l'Epée d'Or, y su ayuda de cámara pensó que era mejor idea acompañarle.
 * * * Segunda semana 
Después de la avalancha de acontecimientos de la primera semana, Damien Moreau llevó a pasear a Isabel d'Artois por las Tuileries, para ayudarla a recuperarse de la tormenta de emociones que la invadía. El paseo fue tranquilo y placentero, sin ninguna incidencia que perturbara la paz que Moreau estaba intentando traer al corazón de la dama.
 Y, en el plano romántico, nos ha llegado noticia de que le chevalier Dussel pidió a Adèle Féraut que fuese su dama, pero ésta le respondió que le parecía un paso algo prematuro y le pidió un poco más de tiempo para pensarlo. 
 * * * Misterio sobre misterio, un extraño robo se ha producido en casa de François de Hadoque: la espada de madera que encontraron François Lampourde y Alexandre de l'Oie, y que actualmente estaba en su poder, ha desaparecido. No falta absolutamente nada más. Cuando François de Hadoque volvió de su habitual práctica de esgrima, a la que obviamente acude con su rapier, se encontró con la ventana forzada y un desorden mayor del que es habitual en su buhardilla de soltero. Inmediatamente comprobó todos los objetos importantes: documentos, dinero (aunque la mayor parte la llevaba encima)... Y lo único que ha echado en falta es la extraña espada de madera con la que se suponía que debía derrotar a La Bestia. Suponemos que el Teniente General de la Policía tomará cartas en el asunto... * * * 
Y es que el Teniente General no da abasto estos días: también esta semana, ha organizado un registro en casa de Edmond Durant. Aunque su propósito original era encontrar pistas sobre su desaparición, ahora que el trágico destino de Edmond Durant se ha hecho evidente, es obvio que lo que busca son pistas sobre qué le condujo a él. Desde aquí le deseamos suerte y éxito en sus pesquisas.
 * * * El puente de Marie fue golpeado por un rayo que hizo temblar toda la estructura de piedra y las más de cincuenta viviendas construidas sobre la misma, a plena luz del día. Por fortuna, los daños, que solo afectaron al pilar central, no fueron severos y tampoco hubo que lamentar desgracia personal alguna, ni mayores desperfectos en los edificios. La vibración sacudió ligeramente los ventanales de la mansión a orillas del Sena en la que se hospedan el Barón d'Yberville y su sobrina, la Dama Eléonor d'Yberville. La concentrada lectura del Barón, quien en ese momento se encontraba en su biblioteca, se vió interrumpida cuando la estancia se oscureció de pronto. "Buena falta nos hacía..." musitó el erudito caballero mientras se disponía a salir de la cámara a la lumbre de una vela. Formidables nubarrones negros habían amortajado el cielo sobre Paris en un instante y, arrastrados desde gran altura por vientos feroces que los arremolinaban y violentaban entre sí, desataron su furia en cuanto se hizo la oscuridad bajo su manto cargado de relámpagos. "...Una buena tromba que desborde las aguas del Sena y se lleve consigo toda esta repugnante inmundicia, bendita sea!" celebró el Barón para sus adentros. Mientras iba en busca de Eléonor, pues sabía que la joven estaría en el jardín, sus pensamientos le siguieron, y en el camino empezaron a discurrir por otros vericuetos un tanto más ominosos. La espantosa salvajada en el palacete del ministro de Rouen, y todo ese turbio asunto de la Bestia del Reino, le horrorizaba. Casi ni se atrevía a imaginar que hubiera algún significado arcano en tan portentosa exhibición de bellaquería, por supuesto que no se tomaba en serio las majaderías inventadas por el pueblo ignorante, pese a que había sonsacado sutilmente a la doncella, más al tanto de los rumores que circulaban por los mentideros, con la intención de conocer las teorías más extravagantes y disparatadas, como la que apuntaba a que las partes desaparecidas de los cuerpos mutilados habían sido recolectadas por una criatura demoníaca que pretendía unirlas entre sí, en la abominable composición de un cuerpo antinatural, por medio de ciertas artes nigrománticas...  "Aunque nunca se debe subestimar al Diablo. Todo puede ser...¿quién puede estar seguro sin miedo a equivocarse?". Estas hondas meditaciones se esfumaron de súbito en la mente del barón cuando vió a su sobrina y a la doncella al pie de las escaleras.  Las puertas que dan al jardín estaban abiertas de par en par, y las dos mujeres, empapadas de pies a cabeza, brincaban de un lado a otro en una especie de danza frenética, bastante extraña si no fueran tan evidentes sus esfuerzos por capturar al vuelo los pliegos de papel manuscrito que revoloteaban por todas partes como un enjambre de abejorros. Uno de esos papeles se apresuró a viajar escaleras arriba hasta los pies del Barón d'Yberville. Por supuesto, el noble caballero se agachó rápidamente para atraparlo antes de que saliera volando otra vez, tras lo cual, a pesar de que la vela se había apagado, y la caligrafía había sido desdibujada por la lluvia, el hábito de lector impenitente se impuso y sus ojos la escudriñaron brevemente, antes de que pudiera reparar en que estaba violando la correspondencia privada de su sobrina. No lo lamentó, ni sería su pundonor ni la escasa luz, ni el intrincado laberinto de chorretones de tinta en el papel, lo que detuvo la lectura involuntaria de la carta que Elénor, presa de la desesperación, le había escrito a su amado Renné Gade, destinado en el frente. Ajeno a las protestas de ambas mujeres, el bueno del Barón se mostraría inflexible y tomaría una resolución inmediata, animado, en cierto sentido, por la oportunidad que se le presentaba de hacer valer su autoridad como tutor de la futura baronesa d'Yberville.
 
Sus primeras palabras fueron adustas y un tanto airadas, y las transcribimos aquí aproximadamente, gracias a Aurore, la mentada doncella, quien nada pudo hacer por defender a su ama, ni a sí misma.
 
-¡Sois una niña mimada! Vuestra madre quedó viuda cuando era más joven que vos, para mayor gloria de Francia ¡Y con la cabeza muy alta! Pertenecéis a un nobilísimo linaje de gran tradición militar, Eléonor. ¡Estos arrebatos pasionales son insensatos e improcedentes!  Perturbar el ánimo del capitán Gadé con vuestros ciegos temores, si vuestra doncella llega a echar esta carta al correo sin mi conocimiento. ¡No lo puedo permitir! 
Ese joven está cumpliendo con su sacrosanto deber, y parece ser que tiene lo que hay que tener. No volverá a Paris por más que se lo supliquéis y apeléis a la Diosa Afrodita en un patético intento de ablandar su corazón y hacerle dudar de su ambición y de sí mismo!  Además, vos tampoco continuaréis en Paris por más tiempo... esperaba a decíroslo durante la cena.
 
Eléanor d'Yberville miraba estupefacta a su tío, incapaz de articular una réplica, y al buen hombre se le conmovió el gesto y el tono de su voz se suavizó un poco cuando habló por segunda vez:
 
-Mi querida sobrina, La Baronesa os necesita más que nunca a su lado. Sabéis que desde el año nuevo vuestra madre no es la misma, su salud es frágil y además se preocupa mucho por vos, lo que agrava su malestar. Muchos otros caballeros se unirán a vuestro galán en el frente muy pronto. Mientras el Capitán Gadé no esté aquí para protegeros, estaré más tranquilo sabiéndoos a salvo con vuestra madre, lejos de Paris. Ya lo he organizado todo para que salgáis de viaje mañana por la mañana. Haceos a la idea de que este verano lo pasaréis en el campo, jovencita... ¡Ya veréis qué bien!
 
Esto último lo dijo mientras bajaba las escaleras y salía al jardín. Como había venido, la tormenta se alejaba veloz en un vendaval furioso, río abajo. Étienne d`Yberville hizo pedazos la carta de la desconsolada Eléonor, y los arrojó al viento. Al final todo se había quedado en un chaparrón pasajero de primavera.
 
"Mucho ruido y pocas nueces"-se dijo a sí mismo, con aire taciturno.
 
Aurore fué despedida ese mismo día, naturalmente.
 * * * Tercera semana 
André du Guerrier, con visible gesto de fastidio, salió de L'Epée D'Or dando un portazo, aunque la pesada puerta de roble no se vio afectada y ni tan siquiera produjo el ruido estridente que du Guerrier habría deseado. -Parece que se lo haya tragado la tierra...-musitó. Se había asomado un instante al club con la esperanza de encontrar a Le Baron du Foix. Llevaba todo el mes buscando a su rival en todos los lugares por donde pasaba, sin dar nunca con él. La altivez de ambos contendientes les había impedido comunicarse para simplemente ponerse de acuerdo en una hora y un lugar, y así llevaban ya casi dos meses, con un asunto de honor pendiente de resolver, que ya empezaba a generar rumores que estaban perjudicando la reputación de ambos. Con un furioso suspiro, se dirigió a los cuarteles de la Guardia del Cardenal a desahogar su furia practicando esgrima. * * * 
Unos discretos toques a la puerta de su estancia distrajeron la atención de Touril, absorto en la lectura del Evangelio. Levantó la cabeza y dijo: -¡Sí, adelante! La recia puerta se abrió, sin que sonara ninguna cerradura, y le Baron de la Touche apareció en el umbral. -Buenos días, padre. Sois lib... er... Perdón, es la costumbre: nunca habéis dejado de serlo. Aunque de hecho no os habéis comportado como tal: os dije explícitamente que estábais aquí en calidad de protegido, no de prisionero. Teníais permiso para deambular libremente, e incluso para visitarme en mi despacho o bajar a las cocinas a encargar algo de comer; la única limitación que os puse era que me informárais si decidíais abandonar el edificio de la Bastilla, aunque sólo fuese temporalmente... Pero a duras penas habéis salido de vuestra cel... er... De vuestros aposentos. -Bueno, coronel. Ya sabéis que las necesidades de un siervo del Señor son frugales. Y esta celda, habitación, o como queráis llamarla, aunque a mí me gusta el término "celda" en referencia a los alojamientos de los monjes en los monasterios, me ha permitido meditar, leer la Biblia y encontrarme con Dios en un contexto diferente del de mi parroquia que, por su propia esencia evangelizadora, es más cercana a las cosas del mundo y por tanto menos apta para el recogimiento. Os agradezco los "ejercicios espirituales" que me habéis brindado sin quererlo. -Bueno... -aquí el Teniente General de la Policía se rascó la cabeza; siendo esencialmente un hombre de acción, no alcanzaba a comprender que alguien realmente estuviera interesado en estar voluntariamente recluído-. Hemos procurado que no os falte de nada, pero entiendo que os pueda invadir el tedio si vuestra estancia se alarga, así que he movido algunos contactos, y os hemos preparado un retiro en una abadía no muy lejana donde tendréis más oportunidades de relacionaros con otros religiosos, mantener conversaciones piadosas, consultar una biblioteca más surtida de temas sacros que la de la Bastilla, y en general tener una vida más llevadera. Vuestra parroquia quedará bajo vigilancia hasta que decidáis volver a ella. -Os lo agradezco de todo corazón, coronel -el sacerdote realizó una reverencia-. Partiré cuando dispongáis. -Será, pues, mañana al amanecer. Iréis en un carruaje cerrado y escoltado, obviamente. Gracias por vuestra comprensión y colaboración, padre. Y con esto y una leve reverencia, el coronel se retiró a su despacho. Tenía aún mucho trabajo por delante.
 * * * Cuarta semana 
Si alguno de nuestros lectores pensaba que este mes iba a transcurrir sin ninguna fiesta, se ha equivocado de medio a medio: esto es París. Y en París siempre hay fiestas si uno sabe buscarlas. El capitán organizó un encuentro en L'Epée D'Or (¿quizás tenía la secreta esperanza de que asistiera de Foix?), pero la asistencia fue menor que en otras ocasiones ya que solamente Charles Batz-Castelmore hizo acto de presencia. Finalmente, la velada terminó en una inacabable sucesión de partidas de piquet entre los dos caballeros, y en una no menos inacabable charla por parte de las damas. En resumen, no fue tan animada pero sí muy entretenida. * * * También entretenidos se hallaban Jean Duprey y le Baron de la Touche, aunque con una actividad bien diferente: se dedicaron a patrullar, debidamente escoltados por tres miembros de la Guardia Real, las zonas por donde había sido vista La Bestia recientemente. Sin embargo, a este asesino parece habérselo tragado la tierra ya que no encontraron ni rastro de él. * * * EL CABALLERO DEL MES El título de Caballero del mes corresponde a:Renné Gade
Por su arrojo y ganas de ir al frente, que han motivado incluso que insista a sus superiores para que se lo traslade a una unidad voluntarizada (al parecer le ha dado bastante la brasa a su coronel, por lo que éste comenta...)
 
 EL PATÁN DEL MES El título de Patán del mes corresponde a:Jacques de la Touche
Por ser un Teniente General de la Policía que no sabe guardar ni sus propios secretos.
 
 * * * NOMBRAMIENTOS HABIDOS ESTE MES 
André du Guerrier ha sido nombrado Mayor de la Brigada de Guardias (M15A) 
 * * * ANUNCIOS DE PRESENTACIONES A CARGOS 
Charles Batz-Castelmore anuncia que se presentará a Ayudante de División (M13). 
 * * * 
 CARGOS PARA EL MES DE MAYO
| Cargo | Requisitos | N.S. mínimo | Quién nombra | 
|---|
 | Aides de Division | Teniente Coronel | 4 | Jefes Divisiones |  | Ayte. del Cardenal | Obispo | 12 | Cardenal |    ------------ Inicio de la estación de VERANO ------------ 
 CARGOS PARA EL MES DE JUNIO
| Cargo | Requisitos | N.S. mínimo | Quién nombra | 
|---|
 | Ministro de Ciencias | Brigadier o Baron | 10 | Min.Estado |  | Tte. Coronel Capellán | Obispo | 11 | Coronel |  
 * * * AGRADECIMIENTOS 
A todos los que estáis dando vida a la trama de la partida, cuyos nombres no podemos revelar de momento, y que nos habéis enviado fragmentos para diversas escenas de la crónica. ¡Ayuda mucho que nos enviéis fragmentos o, simplemente, ideas con detalles de cómo hacéis las cosas!
 NOTAS DE LOS REALES SECRETARIOS 
No mucho que comentar este mes fuera de la partida... Aunque dentro ya veis que la cosa está muy animada. Esperamos que la estéis disfrutando, aunque, como hemos dicho más arriba, la responsabilidad no es nuestra.
 FECHA LÍMITE PARA EL PRÓXIMO TURNO El plazo de entrega del próximo turno finaliza el viernes, 2 de junio de 2023, a la medianoche (hora española peninsular). ¡Hasta pronto! 
 Volver a la página principal. 
 ®"En Garde!" es una marca registrada de Margam Evans Limited |  |