|  | REAL CRÓNICA DE MAYO DE 1657(Número 372)
		Creíamos reescribir la Historia, y no hacíamos más que reseguir sus pasos.El Primer Secretario
 GACETA MILITAR         
-Sois un impaciente, Mayor.
 
Tessier Dusel se revolvió en la silla en la que el coronel le había invitado a sentarse, frente a su escritorio. No era frecuente que el coronel tuviera tal deferencia con uno de sus subordinados, pero Dusel, además de ser barón, gozaba de gran prestigio por sus acciones del año anterior, así que bien valia la pena hacer una excepción.
 
-Mi Coronel, no es una cuestión de impaciencia sino de necesidad militar. Cuando comience la campaña de verano, con el enorme despliegue de tropas que ello supondrá, tanto movimiento requerirá un frente estable, con posiciones consolidadas, para realizarse de manera ágil y satisfactoria. Y actualmente no parece que dichas condiciones se den. Por lo tanto, es necesario que un Regimiento capaz y combativo com es el nuestro prepare el terreno para el despliegue del resto de unidades.
 
-Razón no os falta, Mayor. Sea pues. El día 1 al amanecer partirán al frente los Mosqueteros del Rey.
 * * * Y efectivamente, los Mosqueteros partieron nada más comenzar el mes de mayo. El batallón comandado por le baron de Dusel pilló totalmente por sorpresa al enemigo, que no esperaba que una unidad de élite hiciera una aparición tan temprana, y gracias a ello se consiguió el objetivo perseguido de consolidar posiciones. El Mayor Dusel recibió una doble mención en la Orden por su arrojo, y nos consta que también consiguió algo de botín aunque no ha trascendido la cantidad.
 * * * 
COMUNICADO DEL MINISTERIO DE LA GUERRA
 Al amanecer del próximo día 1 de junio, las siguientes unidades militares deberán encontrarse en sus respectivos acuartelamientos en perfecto estado de revista y listas para su movilización inmediata: 
Brigada de GuardiasBrigada MontadaBrigada PesadaBrigada de DragonesPrimera Brigada de a PieSegunda Brigada de a PieTercera Brigada de a PieCuarta Brigada de a Pie 
Por orden de Su Majestad, a través de su Ministro de la Guerra:JACQUES DE LA TOUCHÉ, LE BARÓN DE LA TRUCHE
 * * * ECOS DE SOCIEDAD Primera semana 
Nos ha llegado noticia de que Su Alteza Real el Delfín de Francia, ha abandonado París a primera hora de la mañana del lunes, escoltado por una compañía de la Guardia Real comandada por su ayuda de cámara, Francesco Maria Broglia. Al parecer éste tuvo acceso a ciertas informaciones secretas que le hicieron temer por la seguridad del tío de Su Majestad, por lo que lo convenció para ausentarse de París unas semanas con la excusa de organizar una serie de cacerías aprovechando el buen tiempo. Aunque no se conoce con exactitud su destino, parece que podría ser el castillo de Chantilly, el de Vincennes o el de Pierrefonds, todos a una distancia razonable de París.
 * * *Marcel du Calais, como buen franciscano, ha dedicado la primera semana a pedir y repartir limosna para los más necesitados. Al pasar por delante de la Cofradía de la Caridad, no ha podido evitar detenerse unos momentos frente a su puerta y quedarse absorto mirando el ir y venir de personas. Tanta gente necesitada, tantas tareas por hacer y tan pocos brazos para hacerlas... Con un suspiro, continuó su camino. * * * Mientras tanto, en la Bastilla... 
 Encerrado en su celda de la que no puede negarse que es relativamente confortable, después de una frugal cena para celebrar su cumpleaños en la que el único lujo ha sido una botella de vino (nada malo, por cierto), François Lampourde duerme un sueño ligero e inquieto. De repente se despierta. Se encuentra en la Cofradía de la Caridad, en el aula de enseñanza para los huérfanos que las Trece Casas no pueden albergar por la masificación de los niños sin hogar. Le preguntan por todas las cosas del mundo y él las contesta como puede. En algunos casos improvisa una respuesta fantasiosa que sabe que agradará a los pequeños. Otras son meras cuestiones prácticas de la vida cotidiana. Eso sí, disfruta de estos escasos placeres que otorga la vida. 
Un hombre delgado y alto se le acerca por la espalda. Le trae en la mano un cuenco con sopa caliente y un cucharón que le ofrece casi como sencilla ofrenda.
 
-Gracias por reconstruir mi obra, hermano Lampourde. Éste es vuestro sitio. El camino que emprendisteis aquí es vuestra salvación. ¿Por qué entonces lo abandonáis?
 
Lampourde observa la cara del hombre: facciones un poco chupadas, rasgos bien marcados y una frente ya espaciosa con algunos cabellos sueltos que intentan ocultar la incipiente calvicie. Lleva el hábito de un fraile benedictino. Iba a contestarle con algo importante, trascendental, ¡una revelación!, cuando unos fuertes y desconsiderados golpes en la puerta de la celda lo sacan del sueño.
 
Despierta de súbito, con la imagen del hombre que lo interpeló aún fija en la retina.
 
Damien Moreau no ha tenido visiones oníricas, pero sí inspiración creativa. Ha pasado todo su cautiverio inmerso en la escritura de una obra teatral, de la que aún no tiene decidido el título. Según le ha comentado a su carcelero (quien a su vez nos lo ha transmitido), la trama versa sobre un joven enamorado que debe dejar a su amada para ir a luchar como soldado a tierras inglesas y que, al perderse durante el fragor de una batalla, acaba llegando al mundo de las hadas. La verdad es que el argumento promete. Veremos si la creación de la obra llega a buen puerto.
 
Y no sólo Damien Moreau: también François Lampourde, cada vez más obsesionado con recordar la respuesta al misterio que estaba a punto de revelarse justo antes de que la visión se interrumpiera, comienza a trabajar en una balada a modo de romancero, titulado "Magna Nerem", que podría traducirse como Gran Giro, o incluso Gran Hilo, y dedicado a la Virgen Negra, para el que compondrá música con el flautín a la espera de que la gran revelación surja por si misma mediante este trabajo. Cada noche buscará inspiración en sus sueños y llevará buen registro de todos ellos con el fin de estudiar sus símbolos y transcribirlos al lenguaje de su cancionero. También tocará y cantará otras canciones más profanas, siempre para alegrar los corazones de sus amigos cautivos con él, con la esperanza de que puedan escucharle desde sus celdas a través del patio. * * * Y también Eugnace-Michel de Laderoute y Hércule Delaveau, obviamente cada uno por su cuenta, han pasado el mes encerrados, pero en su caso ha sido un cautiverio totalmente voluntario y autoimpuesto, escribiendo tanto uno como otro sus respectivas obras de teatro. ¡Parece que tendremos un otoño lleno de novedades teatrales!
 * * * 
En cuanto al estreno teatral, poco hay que decir: la obra, sin ser un portento, satisfizo a los asistentes al estreno, entre los que destacaron Bernille Nienau y Phillipe Le Clothes Du Lacoste.
 * * * Segunda semana 
La semana comenzó con un espléndido sol primaveral que hizo que muchas damas decidieran pasear por el parque de les Tuileries. Léo Hardy le Castel y Thibaut Cul-de-sac, conscientes del hecho, encaminaron sus pasos hacia allí esperando poder ampliar su círculo de amistades. No se vieron frustrados: al rato de pasear por los senderos del parque, se tropezaron con Magdalène Vien y Violette Fablet. Aunque la primera se mostró recatada y reservada, la segunda respondió con amabilidad a los comentarios intrascendentes de los caballeros, con lo que acabaron entablando una agradable conversación.
 * * * 
Una noticia ha conmocionado París esta semana: Por orden del Teniente General de la Policía Le Baron de la Truche, los caballeros Alexandre de l'Oie, Phillipe Le Clothes Du Lacoste y su hermana Lucille han sido detenidos y encerrados en la Bastilla. Además se ha emitido una orden de búsqueda sobre Orland Touril, de quien se desconoce el paradero. Esperamos que en breve Jacques de la Touché publique más información sobre los hechos que se imputan a estos caballeros y a la dama.
 * * * 
En la sencilla celda que ha dispuesto para su estancia en París, el padre Marcel du Calais duerme plácidamente. De repente, sin saber cómo, se encuentra fuera, en la calle, en las inmediaciones de la Cofradía de la Caridad, mirando al almacén que sirve de refugio a tantos vagabundos de la cité para ofrecerles un poco de comida y un lugar donde calentarse. Conoce bien el lugar, como la palma de su mano. Por la puerta principal, que tantas veces cruzó en el pasado, sale un fraile benedictino. Camina despacio, tranquilo, dirigiéndose hacia él. En un parpadeo se encuentra en frente, pese a que juraría haberlo visto recorrer la distancia sin ninguna prisa. Su rostro es amable, sereno y desprende un aire de bondad. Se pone a su lado y contemplan juntos el edificio un tiempo indeterminado en el cual varios mendigos entran, salen o charlan distraídamente en la puerta.
 
-Ya servisteis bien a Dios en el pasado, fray Marcel -comenta el benedictino-. No os sintáis obligado a retomar esta labor. Sois libre de aceptarla, claro está. El regalo del Altísimo a la humanidad fue el libre albedrío, escojan los hombres una dirección u otra. Aunque siempre bajo el cumplimiento de las Leyes Universales, por supuesto. Pero no os sintáis culpable ni tengáis remordimientos si decidís que no es el momento de volver a dirigir la Cofradía. Dejad que otros hombres tengan la oportunidad de hacer de esta labor su sagrado oficio.
 
El fraile posa unos segundos su mano en el hombro de fray Marcel, en señal de agradecimiento, para a continuación marcharse, adentrándose de nuevo en el edificio. El franciscano, confundido, despertó justo a tiempo para la llamada a maitines.
 * * * Tercera semana 
En "Les Chasseurs", du Calais, Léo Hardy le Castel y Thibaut Cul-de-sac compartieron una velada llena de interesantes conversaciones, mientras Anne Gramme les observaba discretamente desde otra mesa. Obviamente, el tema de conversación principal fue el de las detenciones de varios parisinos de renombre. Los caballeros conjeturaron sobre qué posible red de intrigas y secretos podría estar envolviendo París. Por si esto fuera poco, el Delfín de Francia se encuentra en el castillo de Saint-Germain-en-Laye, lo que ha dado pie a numerosos rumores sobre un complot para atentar contra su vida. Aunque los tres amigos sólo podían especular, la conversación se extendió hasta altas horas de la madrugada.
 * * * 
André du Guerrier se encuentra de nuevo en el santuario de la Virgen Negra, en el Bois de Bologne. Sus hombres lo han limpiado todo. La vegetación vuelve a apoderarse del claro, haciéndolo desaparecer, y las aguas del manantial han abandonado momentáneamente su curso para purificar y nutrir la tierra. 
 
Un hombre que nunca había visto antes se le acerca. Lleva hábitos de fraile, pero no sabría identificar de qué orden. Se sobresalta, pues por un momento piensa que es François Lampourde que, de alguna manera, ha escapado de la Bastilla, mas pronto ve que el sereno caminar del fraile no se corresponde con el relampagueante estilo del que hace nada fuera su prisionero. Decide apartar la mano del pomo de su rapier y escuchar al delgado hombre que viene con intención de comunicarle algo.
 
-Bien, Mayor de la Guardia del Cardenal. Ya habéis cumplido con la labor de destrucción propia de vuestro oficio. Ahora es momento para la reordenación. Habéis desprovisto a la Cofradía de una dirección y soy consciente de que buscáis candidatos aptos para el puesto. No os preocupéis a corto plazo; la hermana Marta podrá encargarse de todo mientras encontráis al hombre adecuado. O quizás a la mujer adecuada... Mientras tanto, sabéis que vuestro deber os obliga a responsabilizarlos de que el día a día de la Cofradía no se vea interrumpido, pase el tiempo que pase. Mas una pregunta debo haceros... ¿Qué camino vais a elegir, el de Dios o el de Su Eminencia? Si elegís el primero, debéis guiaros por vuestro corazón. Un corazón que encuentro poco dado a la apertura, si me permitís la observación. Si, por contra, elegís el de Su Eminencia, vuestra ambición será vuestra guía... Y quizás también vuestra perdición. 
 
En ese momento, un capitán de su batallón despertó al Mayor de su sueño, excusándose porque era la hora a la que le había ordenado hacerlo. Mientras se echaba agua en la cara para despejarse, las palabras finales del fraile resonaban grabadas en su mente: 
 
Recordad que cada acción que hagamos en la Tierra se rige por las leyes de Dios y no por las del hombre.
 * * * Cuarta semana 
 El evento de degustación de vinos en Phillippe Le Rouge fue todo un éxito, pese a algunas ausencias como las de de l'Oie o Le Clothes, detenidos en la Bastilla. Monsieur Nienau trajo una botella del famoso "vino negro" de Cahors, que presentó de la manera siguiente:
 
-Messieurs -dijo Nienau-, Montsegur no produce vinos como tales debido a nuestra particular orografía, pero disfrutamos de los vinos del Languedoc y del Rousillon. Éste en particular -mostrando las botellas- proviene de Cahors, que se halla al norte, a 5 días de distancia en carromato. Es un vino que nos encanta en nuestra familia. Está hecho con uvas de la variedad "Malbec", que le dan este color negruzco -de ahí su nombre- y un fuerte sabor. Espero que lo disfruten.
 
Eugnace-Michel de Laderoute, por su parte, aparte de la siempre agradable compañía de Violette Fablet, trajo también unas botellas de Rémole, un tinto de la región de la Toscana. Gamin de la Chaussée trajo un vino de Le Boulou, un pueblo de su región, más refrescante que los anteriores y más del agrado de las damas por no ser tan astringente en boca. Hércule Delaveau acudió acompañado de Anne Gramme y llevó un vino de Aquitania, concretamente de Châtellerault. Jean-Luc Picard y Daphée Bourtagre contribuyeron con un vino de la Picardía, y Marcel du Calais trajo una curiosidad: unas pocas botellas que se trajo de las colonias americanas cuando volvió de allí. "Contaba con beberlas en algún momento", nos dijo, "pero mi vocación religiosa ha podido más, así que mejor compartirlo antes de que se eche a perder". Unos vinos fuertes y dulzones, probablemente fruto de los bruscos cambios de temperatura que tienen que soportar las viñas en aquellas tierras... Pero eso ya se determinará unos siglos más tarde. En cuanto a Thibaut Cul-de-sac, no se complicó mucho y trajo un vino de la región de París. Vino acompañado de le Castel, que también ofreció unas botellas del mismo vino, y al que presentó a los demás asistentes, dado que el recién llegado todavía no conoce a nadie en París.
 
Parece que el personal del club se libró del plan original del anfitrión, Eugnace-Michel de Ladéroute: muchos podrán dormir con la conciencia tranquila al evitar algún que otro maridaje imposible de digerir; "¿a quién se le ocurriría cenar vino acompañado de rémoulade?"
 
A pesar de la puesta en escena y todos los esfuerzos del club por elevar el listón, parece ser que el cocinero se ha podido tomar por una vez -junto a la acidez de vientre y el malestar- el día libre. Sobre la mesa de servicio que hay al fondo del salón se puede ver una nota de agradecimiento debajo de una botella, a modo de pisapapeles.
 
De Ladéroute coge la nota, y a medida que lee las pocas líneas que hay en ella enrojece, se acalora, ruboriza y cierra los ojos, como si quisiera escapar de la realidad sólo por un instante "¡Ah la vache! ¡Tierra, trágame!"
 
 
Estimado Monsieur de Ladéroute,
 ¡Gracias por todo y por nada a la vez!
 Espero que disfruten de una agradable velada,
 que el estómago vacío no se les suba a la cabeza,
 sin labor ni quehacer, no hay cocinero ni despensa.
 
 Atentamente,
 
 Marcel Montpetit du MontParnasse
 Le Cuisinier de Philippe Le Rouge
 
 
Mientras Eugnace-Michel empieza a mirar a su alrededor nervioso, Thibaut Cul-de-Sac, un caballero famoso por su sagacidad y porte elegante, destacaba entre la multitud. Thibaut, con su estatura imponente y una capa de terciopelo carmesí que resaltaba su figura, se movía con gracia entre los invitados, intercambiando saludos y sonrisas. Finalmente, con una copa de vino en la mano, se dirigió al centro del salón, donde una plataforma ligeramente elevada le permitía dominar la atención de todos los presentes.
-Estimados señores y distinguidas damas, -comenzó Thibaut, con su voz profunda y resonante acallando gradualmente el murmullo de la sala-, nos reunimos esta noche en el ilustre Phillipe Le Rouge no solo para celebrar la magnificencia de nuestra nobleza y la generosidad de nuestro rey, sino también para dar la bienvenida a un caballero cuyo nombre pronto será conocido y respetado en todo París...
 
En ese preciso momento Daphée suspirando, susurra al oído de su amado Jean Luc Picard: 
-Querido Jean Luc, me han dicho que no se servirá nada de acompañamiento hoy en el club... Y de repente, ¿parece que empieza a hacer calor? ¿Podrías pedir que, por favor, abran alguna ventana?  
 
Llevamos ya tres copas; empezamos con champagne de los viñedos de Condé en Brie, el de Hautes Côtes de la Bourgogne que no sé bien qué caballero lo trajo al final, seguido después de este interesante vino de Saint Julien. 
Los murmullos de curiosidad recorrieron la sala mientras Thibaut finalizaba la introducción de su amigo y caballero, sus ojos brillando con una mezcla de orgullo y expectación:
 
    -Es para mí un honor presentarles a Leo Hardy, hijo del ilustre Marqués de Draguignan. Este joven noble, aunque nuevo en nuestra ciudad, ya ha comenzado a impresionar con su valor y su nobleza de espíritu.
Mientras tanto, Jean-Luc hace una señal al ayudante de cámara más cercano, comprimido entre la atenta audiencia, y a medida que Thibaut termina su anuncio, un joven caballero vestido con una espléndida capa de terciopelo azul, adornada con el escudo de su familia, avanza con paso seguro hacia la plataforma. 
    
    -Número uno, ¿verdad? -susurra Monsieur Picard al acudir el ayudante, raudo y veloz- Por favor; ¿pueden abrir los ventanales? ¡Tenemos damas en el salón y del calor alguna va a sufrir un respingo! - en ese momento vuelve a mirar a Daphée sonriente - ...cierto que llevarás ya tres copas, aunque yo ya llevo cinco; no hay que olvidar este fantástico vino de los viñedos de Montsegur que Monsieur Bernille ha traído con gran acierto. ¡Salud Monsieur Niennau!
Leo Hardy, con su porte distinguido y una leve sonrisa en los labios, esperó unos instantes más a captar la atención de los presentes, inclinando su cabeza  en un saludo respetuoso a la asamblea reunida.
 
-"Estimados caballeros, distinguidos señores, y honorables miembros de la corte, en especial, mi querido amigo Thibaut Cul-de-sac: permítanme presentarles mis más humildes saludos y expresar mi más profundo agradecimiento por la cálida acogida que he recibido en esta gloriosa ciudad de París. Soy  Leo Hardy le Castel, hijo del ilustre Marqués de Draguignan, una familia de larga tradición y servicio a nuestra amada Francia..."
Monsieur Niennau en esos momentos decide replicar a la pareja en voz baja, mientras procede a abrir una botella más:
-Cierto, ¡cierto! buen vino de la región, buena selección y la ideal para anticiparse a una gran campaña militar; si nuestro teniente coronel se anima, y voluntariza nuestro regimiento...-  apostilla Bernille Niennau- no sea que nos quedemos en París. ¡Así que saludo y que lo que una a las uvas Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc y Merlot también nos una en el campo de batalla! Seguiremos con el vino de las bodegas de Hércule Delaveau, del cual sólo puedo decir que podría combinar con su rémoulade parisien. Es una lástima que no quede con qué acompañar el vino...¡sacre bleu! ¿dónde está la despensa?
"...mi llegada a esta magnífica capital está motivada por un propósito noble y de gran relevancia para mi linaje. Como bien saben, la historia de nuestra familia está entrelazada con la valentía y el honor de servir en los regimientos militares que han defendido y elevado el prestigio de nuestra nación. Desde tiempos inmemoriales, los nombres de mis antepasados han resonado en los campos de batalla, y es con esa misma determinación que hoy me presento ante ustedes..."
 
-Lo siento, mi Mayor, pero inesperadamente hoy nos hemos quedado sin cocinero...le tengo mucho aprecio al club, pero si siguen las cosas así... - introspectivo, mientras de Ladéroute piensa al aire algo que se le escapa - habrá que salir a buscar lo que sea y como sea. Violette está también algo traspuesta; quién sabe cómo acabará la noche. Je suis desolée... - volviendo al pensamiento que había olvidado, cambia de tema - por cierto, ¡muy buen vino el de Monsieur Hércule!, es un vino fermentado en Ánfora de Languedoc por lo que me ha podido contar, posteriormente embotellado: ¡qué sorpresa, se notan tintes de arcilla en el paladar!
"Mi misión en París es doble. En primer lugar, vengo a reafirmar el linaje de mi familia, renovando los lazos que nos unen con los regimientos militares. Es mi firme convicción que la gloria de Francia reside en la fortaleza y el coraje de sus defensores, y como hijo del Marqués de Draguignan, es mi deber y mi honor continuar esta tradición. Aspiro a servir con distinción y a contribuir al engrandecimiento de nuestro ejército, con la esperanza de que nuestros nombres sigan siendo sinónimo de valentía y lealtad..."
-Sí, sorprendentemente estaba al fondo de la bodega - prosigue el cercano Monsieur Delavéau - donde mi padre suele almacenar los caldos más memorables, fruto de sus viajes a través de toda Francia. Y con esto, quizá diría mucho, pero se trata de una historia que quizá sea mejor que sea contada en otro momento, no fruto de todo el vino que hoy circula, pero ya con tranquilidad, pequeña compañía y confianza. Sólo me queda decir una cosa; -alzando la voz sin querer- Copa adentro (hic!) y A tres bientôt vino del convento!
En ese momento la atención de la sala cambia por unos instantes, alguien carraspea, y Monsieur Hardy prosigue su relato:
"...En segundo lugar, busco establecer y fortalecer contactos con los distinguidos caballeros y nobles de esta ilustre corte. La grandeza de una familia no solo se mide por sus hazañas en el campo de batalla, sino también por su capacidad de forjar alianzas y amistades que perduren a lo largo del tiempo. Estoy aquí para conocerlos, para aprender de sus experiencias y para trabajar juntos en la construcción de un futuro próspero y glorioso para nuestras familias y para Francia. La fama de nuestra familia no es un fin en sí mismo, sino un medio para contribuir al bienestar y la grandeza de nuestro país. Cada acción, cada alianza, cada decisión que tomamos, debe estar guiada por el amor a nuestra patria y por el deseo de servir a su gloria eterna."
Un tardío Marcel du Calais entra algo apresurado, llegando tarde al encuentro más que justificado al venir cargado hasta arriba de botellas del cercano Real Monasterio de Saint Bernard de Clairvaux y lo que son una amplia variedad de embutidos, quesos y pan recién hecho en abundancia, empaquetados con el sello característico de la Orden de les Feuilleants.
 
-¡Veo que hice bien! Siento la tardanza. Decidí dividir mis esfuerzos y traer algo más que vino del cercano convento des Feuilleants, y algunas botellas de le Chateau de Fonte Broc que no le serán extrañas al avezado Darguignenés - sonriendo a Monsieur Hardy - Es un alivio saber que no habrá rémoulade para cenar, pero me alegro por tener la ocasión de formar parte de esta velada tan especial. Un brindis para el recién y bienvenido Monsieur Leo ¡y por la buena compañía!
Me comprometo, en este día, a llevar el nombre de Draguignan con honor y a buscar siempre el bien común en nuestras empresas. Juntos, como nobles de Francia, podemos alcanzar nuevas cimas de esplendor y asegurar que nuestro legado perdure a través de los siglos.
Les agradezco su atención, la intervención más que acertada de Monsieur Marcel, y les aseguro mi amistad y mi compromiso en todas nuestras futuras empresas.
Y antes de terminar mi disertación, deseo invitarles a todos a una próxima fiesta que celebraré más adelante, antes de ir al frente, e instó aquí a los oficiales de todos los regimientos aquí presentes a unirse a mí en la guerra por la gloria y honor de Francia y nuestro amado rey.
¡Vive le Roi! Vive la France!
 
En esos momentos Leo Hardy baja de la tarima, se reúne con Hércule y prosigue la velada, bien animada por la distribución de víveres y botellas en la larga mesa de la estancia. Los ayudantes de cámara se dedican a preparar con rapidez los embutidos, queso y pan ante la mirada curiosa del variado grupo, tanto damas como caballeros.
 
Si un artista pudiera ver la estancia y pudiera componer un cuadro ahora mismo, seguramente lo titularía: "¡recién hecho! C'est ne pas posible!!" 
 * * * Mucho más tranquila fue la velada de du Guerrier, Charles Batz-Castelmore, Christine Daé y Magdalène Vien en L'Epée D'Or, y aún más la de Jean Duprey y Adèle Féraut en Les Chasseurs, donde la pareja no fue molestada en toda la noche.
 * * * En la Bastilla, el comportamiento de Lampourde empieza a mostrarse excéntrico. Con uno de los carboncillos dibuja una gran espiral en el suelo. Suele pasarse las tardes meditando en su centro, a veces sentado, otras veces de pie, y algunas veces la recorre en círculos hacia fuera y hacia dentro caminando como un pollo e incluso cacarea impetuosamente cada vez que regresa al centro de la espiral, sea la hora que sea, como si de un extraño ritual gallináceo se tratara. Los carceleros le observan, entre divertidos y preocupados. "Al menos no invoca a Satán con una cabra", comentan entre risas.
 EL CABALLERO DEL MES El título de Caballero del mes corresponde a:André du Guerrier
Por su carácter resolutivo y su determinación a cortar los nudos gordianos a golpe de espada.
 
 EL PATÁN DEL MES El título de Patán del mes corresponde a:Alexandre de l'Oie
Por un exceso de prudencia que podría llevar a equívocos y malinterpretaciones sobre su implicación en ciertos asuntos turbios.
 
 * * * NOMBRAMIENTOS HABIDOS ESTE MES 
Charles Batz-Castelmore ha sido nombrado Ayudante de la 1ª División (M13A)Léo Hardy le Castel ha sido nombrado Mayor de la Guardia Real
 
 * * * ANUNCIOS DE PRESENTACIONES A CARGOS 
Francesco Maria Broglia anuncia que se presentará a Ministro de Ciencias (C05)
 
 * * * 
 ------------ Inicio de la estación de VERANO ------------ 
 CARGOS PARA EL MES DE JUNIO
| Cargo | Requisitos | N.S. mínimo | Quién nombra | 
|---|
 | Ministro de Ciencias | Brigadier o Baron | 10 | Min.Estado |  | Tte. Coronel Capellán | Obispo | 11 | Coronel |    CARGOS PARA EL MES DE JULIO
| Durante este mes se renuevan los rangos religiosos (consultar reglas). |  
 * * * AGRADECIMIENTOS A Àlex, por su intento de contribuir al jolgorio de la cuarta semana, aunque desafortunadamente no hemos podido publicarlo porque al final no pudo asistir a la fiesta por estar detenido, pero la intención es lo que cuenta. A Fray Pierre Duval, por tomarse el trabajo de bajar de los Cielos para aparecerse en sueños a varios personajes. A Nacho y el resto de participantes en la fiesta de la cuarta semana, por el relato colaborativo. 
 NOTAS DE LOS REALES SECRETARIOS 
El próximo mes ya comienza la campaña militar de verano. ¡Tenedlo en cuenta!
 FECHA LÍMITE PARA EL PRÓXIMO TURNO El plazo de entrega del próximo turno finaliza el viernes, 13 de julio de 2024, a la medianoche (hora española peninsular). ¡Hasta pronto! 
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