Preux et audacieux: Una partida de En Garde!®por e-mail

 

REAL CRÓNICA DE OCTUBRE DE 1655
(Número 353)

Por fin... ¡Me voy de compras!
Georgette d'Avignon, Baronesse du Foix

GACETA MILITAR

Ya hace casi dos años que la Brigada Pesada se encuentra permanentemente en campaña. Su brigadier al mando, Pierre Dubois, lleva el mismo tiempo sin pisar París. ¿Cuál puede ser el motivo de este inusual comportamiento? Aunque le Baron de Dubois es generoso con los permisos y además ha ido permitiendo regresos temporales a los Regimientos, siempre ha habido al menos una parte de la brigada en campaña, a veces simplemente manteniendo una posición de bajo valor estratégico, y otras hostigando sin piedad al enemigo. El caso es que esta Brigada ya empieza a parecer un regimiento fronterizo, y sus tropas corren peligro de acabar desmoralizadas por la nostalgia del hogar, aunque el Brigadier, como decíamos, va distribuyendo hábilmente las licencias y los períodos de descanso. La pregunta es: ¿Por qué? ¿Hay algo que impide al brigadier volver a París? Y si es así, ¿tampoco puede refugiarse en alguna destacada ciudad de provincias? Preguntado, el barón responde con evasivas. ¿Qué oculta tan celosamente el corazón de este hombre?

ECOS DE SOCIEDAD

Primera semana

-¡Date prisa o llegaremos tarde! -gritó André du Guerrier por la puerta del zaguán, haciendo bocina con las manos.

-Ya vooy. ¡Si vamos muy bien de tiempo! -se oyó una voz femenina desde el primer piso de la mansión.

du Guerrier suspiró. "Cómo se nota que el tiempo de espera del carruaje no lo paga ella", pensó.

Pero la espera valió la pena: una radiante Christine bajó con graciosa dignidad las escaleras de la mansión de los Daé. Llegó al zaguán, y un enamorado el capitán le tomó delicadamente la mano y la ayudó a subir a la calesa de dos ejes alquilada para la ocasión. Sonó el chasquido del látigo, y el vehículo partió hacia el Théatre Royale.

Llegados allí, el vehículo se detuvo justo detrás de otro muy similar, del que estaban bajando en aquel momento dos parejas. El occitano reconoció a Charles Batz-Castelmore y Cael de Rouen y, después de descender y ayudar a Christine, se dirigió hacia ellos.

-¡Buenas noches, messieurs! Mesdames... -hizo una leve reverencia hacia Magdalène y Laurelie, que se encontraban al lado.

-Gracias por venir, mon ami -dijo Charles Batz-Castelmore.

-Au contraire, monsieur -respondió du Guerrier-. Gracias a vos por invitarnos.

Y manteniendo una animada conversación, salpicada en ocasiones de risas, las tres parejas subieron las escalinatas del Théatre Royale en dirección a la zona de palcos. Poco faltó para que se cruzaran con Renné Gade que, llevando a Violette del brazo, se dirigía también a su palco, situado por fortuna en el lado contrario. Suponemos que los dos enemigos regimentales habrían guardado la compostura al menos hasta el final de la obra, pero por suerte no fue necesario comprobarlo.

En la platea coincidieron Alain Dumont y François de Hadoque quienes, después de los habituales saludos, se quedaron mirando hacia una pareja que acababa de hacer su entrada. Ambos comentaron lo mismo: Habían visto al caballero anteriormente, pero... ¿dónde?

En cuanto a la obra, no cabe duda de que el Ministro de Cultura está haciendo un buen trabajo: la calidad fue excepcional, con unos actores consagrados a interpretar su papel sin dudar ni exagerar en ningún momento. Un éxito total.

* * *

Segunda semana

En el salón sonaban los repiqueteos de los dos rapiers chocando y las exhalaciones que ambos duelistas hacían como consecuencia del esfuerzo. Tras una parada, cuando uno de los contendientes iba a lanzar una estocada al fondo, las puertas del salón se abrieron y los dos hombres se distrajeron. En el marco de la puerta se distinguía la silueta de una mujer.

-¡Suficiente por hoy! -gritó uno de los hombres que lucía el pelo recogido en una coleta-. Continuaremos la práctica mañana.

Mientras su contrincante, tras hacer una pequeña reverencia con la cabeza, se retiraba del salón, dejó el rapier sobre un lujoso escritorio. Agarró una fina pipa y la encendió, mientras se escuchaban los ecos de los pasos de la mujer avanzando por el salón.

-¡Ah! Querida... -tras dar la primera calada se giró con una sonrisa en la cara.

-¡Escúchame bien! -le interrumpió la mujer con un grito que sin duda atravesó la puerta que acababa de cerrarse-. ¡Estoy harta! Harta de estar aquí sin nada que hacer.

-Pero tienes...

-Ni peros ni peras. Quiero volver a vestirme con vestidos que hagan que todo el Theatre Royal se gire a nuestro palco en vez de atender la aburrida obra que se haya estrenado ese mes. Quiero organizar una fiesta. Quiero pasear por los jardines de la Cité. Y quiero... Volver a mi vida de antes.

El hombre estaba sorprendido por el ataque de rabia de su esposa. Volvió a dar una calada a su pipa y se acercó a la ventana.

-Te dejé tu tiempo, esposo mío. Han pasado ya siete largos años, en los que te has puesto excusa tras excusa y yo las he aceptado: esperé pacientemente a que reconstruyeras esta casa, a que ayudaras a tus hermanos a poner orden en los negocios familiares, a que te recuperaras del golpe en la cabeza, a que volvieras a empuñar el rapier, a que terminaras otra obra que jamás verá la luz en el Theatre... Pero en su día serviste como Ministro de Su Majestad, estrenaste "Le Duelist" uno de los mayores éxitos del Théatre Royale, comandaste hombres que ponían su vida en tus manos, eras el primero en lanzarte al rescate de un soldado francés capturado... Está vida no es para ti, mi amor; ahora comandas campesinos y recitas tus textos a las gallinas. Por mucho que sea tu hogar, se te queda pequeño. Se nos queda pequeño. Cada año que pasa sigo preguntándome porque no hemos regresado aún... O esa caída del caballo te ha vuelto un ignorante, o lo que pasa es que te has vuelto un... cobarde.

La palabra resonó en el salón, y el silencio que le siguió denotaba que la dama había logrado hacer un primer toque. El hombre bajo la cabeza antes de hablar.

-Cuando ya no sabes distinguir a amigos y enemigos, es mejor dejarlo y retirarse -una nueva calada de la pipa acompañó esa reflexión.

-¡Venga ya! No me tomes por tonta... -el tono de esa frase denotaba la indignación de la dama-. Hace tiempo que nadie te recuerda en París. Siempre hiciste aquello que te parecía mejor para Francia, y sopesando cuándo involucrarte o simplemente dar un paso a un lado. Basaste tu vida en el honor. Eso me enamoró de ti. Una vez dijiste que defender el honor propio era defender el del Rey y el de Francia. Vuestro honor, barón... ¿dónde lo habéis dejado?

Esta vez la pregunta desarmó por completo al hombre. Por la ventana se observaba el peñasco y la silueta de la vieja fortaleza que se alzaba vigilante en lo alto. Hacía unas semanas había visto a un batallón acampado ahí y se acercó a escuchar sobre las pequeñas escaramuzas que la campaña de verano había traído hasta esta región de Francia. Se giró y, con un renovado brillo en los ojos, miró a su esposa.

-Baronesse du Foix, pedid que preparen vuestro equipaje. Georgette, volvemos a París.

* * *

Esta semana se produjo el relevo en la escoltas personales de Su Majestad y de Su Eminencia. De hecho sólo en esta última, ya que Francesco Maria Broglia continuará al frente de dicho destacamento especial de los Mosqueteros del Rey. En cambio André du Guerrier, que por su ascenso a Mayor ya no puede continuar en el cargo, pasó el testigo al nuevo capitán pero, quizás llevado por la nostalgia, no pudo evitar quedarse en la puerta de la sala donde la escolta ensayaba los pasos de desfile ceremoniales, mirando en silencio.

En cuanto a la actividad de clubs, Renné Gade llevó a Violette a Les Chasseurs donde disfrutaron de una agradable velada sin ser interrumpidos por nadie, y por su parte Broglia y Jacques de la Touche coincidieron en L'Epée D'Or, acompañados también de Daphée y de Charlotte, quien ya está totalmente recuperada del doble parto. Cuando ellos estaban enfrascados en una conversación sobre las calidades de los distintos aceros disponibles en las herrerías de París y ellas en otra sobre las vicisitudes de la maternidad, una voz les interrumpió.

-Buenas noches, mes amis. ¡Cuánto tiempo!

Los cuatro parroquianos del club alzaron al mismo tiempo la vista, y se encontraron con un sonriente rostro que les resultaba muy familiar. Fue el piamontés el primero en reaccionar:

-¡Monsieur Guillaume de Foix! ¡Efectivamente, ha llovido mucho desde la última vez que nos vimos! ¿Habéis vuelto pues a París?

En efecto, mes amis. Los asuntos familiares que me llevaron al Roussillon están por fin resueltos, y aquí es donde está la diversión. Mi esposa se ha ido de compras, y esa tortura aún no estoy preparado para soportarla -aquí hubo risas generales-, de modo que aquí estoy. Así pues, -dijo tomando una silla y sentándose-, ¿cómo están las cosas por aquí?

* * *

Tercera semana

La tercera semana, como por alguna razón casi siempre ocurre, la mayor parte de caballeros la dedicó a la esgrima. Hubo, sin embargo, dos excepciones notables: Alain Dumont pasó la semana visitando asiduamente Le Crapaud et l'Apricot, y Charles Batz-Castelmore decidió ir a L'Epée D'Or con Magdalène; el atento caballero pensó que, con la confusión inicial de las dos fiestas en dicho club y la posterior unificación, algún caballero podría haberse despistado y presentarse en el club la semana equivocada, así que pensó que sería una buena idea estar allí por si alguien venía; si finalmente nadie hacía su aparición (como en efecto ocurrió), la cosa terminaría en una tranquila y agradable cena de pareja, que es lo que acabó sucediendo.

* * *

Cuarta semana

Y llegó, por fin, la esperada fiesta de la cuarta semana, en la que Charles Batz-Castelmore y André du Guerrier unieron sus esfuerzos para ofrecer lo mejor a sus invitados. Asistieron: los anfitriones con sus respectivas damas, Alain Dumont con Mussette d'Envion, Cael de Rouen con Laurélie Hagopian, Alexandre de l'Oie, Renné Gade y Tessier Dusel.

Con tanta concurrencia, era inevitable que se produjera algún encuentro entre enemigos regimentales, y en efecto así sucedió. Por suerte l'Epée d'Or, siempre atento a las necesidades de sus clientes, cuenta con un discreto patio trasero donde pueden dirimirse las disputas de honor. Du Guerrier y Gade se batieron en primer lugar, mientras de l'Oie y le Baron de Rouen decidieron cederles el turno y esperar. No fue larga la espera, ya que el Mayor de la Guardia del Cardenal se deshizo de su oponente sin demasiado esfuerzo gracias a su superior maestría. Más igualado el segundo combate, aquí fue el normando quien tuvo que conceder la victoria cuando resultó alcanzado en un brazo. De todas formas, el honor de todos los contendientes quedó satisfecho.

Dirimidas las diferencias regimentales, la fiesta transcurrió con normalidad. El capitán, como de costumbre, volcándose en sus invitados, y Charles Batz-Castelmore ocupándose de que no faltase de nada. Hay que comentar la anécdota de que el baile que ambos habían preparado se celebró... Con dos orquestas, debido a un error de coordinación de última hora entre ambos. Por suerte, ambas orquestas demostraron una gran profesionalidad y savoir faire tocando juntas sin ningún tipo de problema, mientras los respectivos directores se iban turnando al bastón de mando. En resumen, un detalle divertido que no ensombreció para nada una velada divertida y animada.


* * *

EL CABALLERO DEL MES

El título de Caballero del mes corresponde a:
 

Jacques de la Touche
Por su reciente paternidad. ¡Y además por partida doble!

EL PATÁN DEL MES

El título de Patán del mes corresponde a:
 

Orland Touril
Por organizar una misa y no hacerlo saber a nadie.

* * *

NOMBRAMIENTOS HABIDOS ESTE MES

  • Francesco Maria Broglia ha sido renovado como Capitán de la Escolta de Su Majestad (M17)

* * *

ANUNCIOS DE PRESENTACIONES A CARGOS

Este mes no se han recibido anuncios de presentaciones. Si enviaste un anuncio en el turno, ponte en contacto con nosotros lo antes posible. Gracias.


* * *


CARGOS PARA EL MES DE NOVIEMBRE
CargoRequisitosN.S. mínimoQuién nombra
Soldados escolta Real Soldado Guardia Real 8Capitán Escolta
Soldados escolta Cardenal Soldado Guardia Cardenal 5Capitán Escolta
Oficial diocesano Vicario 10Arzobispo

 

------------ Inicio de la estacion de INVIERNO ------------


CARGOS PARA EL MES DE DICIEMBRE
CargoRequisitosN.S. mínimoQuién nombra
Ministro de Humanidades Brigadier o Barón10 Min.Estado
Ayudante del Obispo Abad 8 Obispo

* * *

AGRADECIMIENTOS

A Fernando (Guillaume du Foix) por el relato de su regreso (de hecho, ¡hasta me propuso dos para elegir!)

* * *

NOTAS DE LOS ÁRBITROS

¡Parece que esto se va animando! Doce turnos recibidos este mes. Os recordamos que las inscripciones siguen abiertas, y que nuestra meta sería llegar (de momento) a los veinte jugadores; cuando estemos ahí, veremos si vamos lo bastante libres como para llegar a los veinticinco o a los treinta. Con el software antiguo había llegado a gestionar yo solo a treinta jugadores (con apuro), así que con el nuevo y la inestimable ayuda de Joan tendría que ser posible... Sin apuro. Pero vayamos paso a paso. Como os digo, ¡"difundid la palabra"!.

FECHA LÍMITE PARA EL PRÓXIMO TURNO

El plazo de entrega del próximo turno finaliza el viernes, 2 de diciembre de 2022, a la medianoche (hora española peninsular).

¡Hasta pronto!

PrincipalVolver a la página principal.


®"En Garde!" es una marca registrada de Margam Evans Limited