| REAL CRÓNICA DE ABRIL DE 1647
		Zzzzzz... ECOS DE SOCIEDAD Primera semana -¡ALTO AHÍ! ¡DAOS PRESO EN NOMBRE DE SU MAJESTAD! Lejos de sobresaltarse, el aludido continuó caminando unos instantes mientras aminoraba el paso, para finalmente detenerse. Se dio lentamente la vuelta, y dirigió una sonrisa socarrona al jefe de la patrulla que acababa de darle el alto. -Veo que los oficiales de la Guardia de la Vieja Ciudad siguen sin aprender a comunicarse entre ellos, a pesar del tiempo que ha pasado. ¿Acaso sois enemigos regimentales entre vosotros? Ja, ja ja... -¡Menos bromas, desertor! ¡Veréis cómo en la horca se os quitan las ganas de broma! -¿Horca? Por favooor... Es la tercera vez que me la mencionan esta semana. Para no comunicaros entre vosotros, los oficiales de la Guardia compartís muchas ideas comunes... -¡Basta de palabrería! Entregadme vuestro rapier y someteos a nuestra custodia hasta la Bastilla. -No os lo entregaré, sólo os lo mostrarĂ©. Y no será el rapier, sino este documento con el sello del Estado Mayor. Si sabéis leer, leed. Y si no, buscad a alguien que sepa, pero no me hagáis perder más el tiempo. Mientras esto decía, Julius Kern, pues no era otro el presunto desertor, sacó un rollo de papel de su bocamanga y lo extendió ante los ojos del jefe de patrulla. Éste, aunque efectivamente no sabía leer, sí había aprendido a reconocer el sello del Estado Mayor. Dudó un momento entre la humillación de tener que pedir a uno de sus soldados que le leyera el papel, o simplemente fingir que lo había podido leer y aceptarlo sin más. Finalmente, Kern le echó una mano involuntaria. -Como podéis ver, tengo un permiso en regla que me autoriza a volver a París durante esta semana para ocuparme de asuntos personales ineludibles. Evidentemente lo pedí nada más llegar al frente, pero el papeleo se retrasó un poco. Y es que, aunque bien sabéis que tengo algún amigo muy influyente, he preferido no molestarlo en esta ocasión dado que el asunto que me ha traído a París no revestía urgencia. Y ahora, si me permitís, tengo cosas que hacer -terminó mientras volvía a guardarse el permiso. El jefe de patrulla emitió un gruñido de frustración -Está bien, pero como os vea por aquí la semana que viene... -No os preocupeis, mon ami -interrumpió Kern, socarrón-. Soy un buen soldado y un buen francés, y no escaparé a mis obligaciones sin permiso. El sábado vuelvo al frente. Si queréis acompañarme, seréis bienvenido; allí siempre hacen falta blancos móviles para distraer al enemigo, ¡ja, ja ja! -dijo esto último mientras se alejaba calle abajo. * * * Segunda semana 
 -¡No me digas que te aburres, pichoncito! ¡Ja, ja ja! ¡Si es muy divertida! -Bueno, la verdad es que la semana pasada me gustó más... -Pues a mí, cuanto más la veo más me gusta. Volveremos la semana que viene, ¿verdad? -¿Cómo? ¡Pues claro que nnnssssí, palomita, lo que tú digas! -Joss Len Beaumont, Ch.d'H. cambió radicalmente de actitud cuando su dama le puso esa cara de gatito que le hacía incapaz de negarle nada. Suspiró, se arrellanó en su asiento, y pensó: "la próxima semana traeré una botella de vino y algo de comer. Al menos aprovecharé el tiempo". * * * Tercera semana -Ite, missa est. Con estas palabras despedía Su Excelencia el Obispo Robie a los fieles, después de la misa de Semana Santa que celebró en la suntuosa capill-a del Obispado. Mientras éstos lentamente iban abandonando el templo, todavía en un devoto silencio sobrecogidos por las palabras del sermón del Obispo, una figura avanzó hacia él por uno de los pasillos laterales e hizo el gesto de besarle el anillo. -Hermano René -el obispo, al reconocer a fray René, le hizo alzarse y le dio dos fraternales besos-. ¿Puedo ofreceros mi ayuda en algo? -Gracias, Excelencia. Por el momento, sólo deseaba felicitaros por el sermón. Habéis narrado la Pasión de Cristo con tal fervor y detalle, que los feligreses se han quedado sin palabras. -Ofendéis mi modestia y halagáis mi vanidad, hermano -aquí el obispo sonrió-. Pero no nos quedemos en la capilla; el sol se está poniendo, y empieza a hacer frío. Permitidme que os ofrezca un refrigerio en mi despacho... Y, mientras decía esto, rodeó con su brazo los hombros del cura y le acompañó hacia la puerta por el pasillo ya desierto... * * * -¡Al menos, intenta no roncar! La exclamación vino acompañada de un codazo que puso súbitamente en guardia a Joss Len Beaumont, Ch.d'H., que se irguió en el asiento del Théatre Royale. -Errr... no no, palomita, si no estaba durmiendo, es queeee... estoy un poco resfriado. Si, eso es, un poco resfriado, sí. Bueno, y cansado también. Sólo era una cabezadita -continuó al ver la feroz mirada de "no me lo creo y además se avecina tormenta" que le dirigió su dama. Por suerte, un nuevo giro de la trama desvió la atención de Eléonore d'Yberville de nuevo hacia el escenario. "Uf, salvado de milagro", pensó Beaumont. "La semana que viene, por todos los santos del cielo que me resfrío de verdad. Cualquier cosa antes que aguantar este tostón una cuarta vez". * * * Cuarta semana La cuarta semana, Le Baron du Pointlac decidió acudir al club con Lili Montparnasse; ya hacía tiempo que prácticamente no hacía vida social, con la excepción de alguna visita esporádica al casino, pero de eso hacía ya un par de semanas. Así pues, mandó a su criado a por un carruaje y partió en él hacia la casa de su amada, y posteriormente ambos se dirigieron hacia L'Epée D'Or. Llegados allí, tuvieron una agradable sorpresa: le Baron du Parrot se encontraba allí junto con Evelyne Garabedien, disfrutando de una opípara cena. Aunque para cenar se sentaron en una mesa algo apartada, después las dos parejas se unieron a la hora de disfrutar de unas copas y una intrascendente conversación. EL CABALLERO DEL MES El título de Caballero del mes corresponde a: EL PATÁN DEL MES El título de Patán del mes corresponde a: NOMBRAMIENTOS HABIDOS ESTE MES 
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 NOTAS DE LOS ÁRBITROS Bueno, ésta es una de las crónicas que más rabia me han dado en todo el tiempo que llevamos de partida. Tengo gran cantidad de material excelente, redactado de forma perfecta para incluirlo en la crónica, enviado por uno de los jugadores... y no puedo publicarlo. Los implicados ya saben a qué me refiero, y por qué. Si saliera a la luz... bueno, no sé. Desde luego, se liaría una buena. Es una lástima, porque la crónica de este mes me ha quedado un poquito "sosa", pero... ya hace tiempo que vengo diciendo lo mismo: las cosas más interesantes están ocurriendo tras el telón. FECHA LÍMITE PARA EL PRÓXIMO TURNO El plazo de entrega del próximo turno finaliza el viernes, 6 de junio de 2014, a la medianoche (hora española peninsular). ¡Hasta pronto! ®"En Garde!" es una marca registrada de Margam Evans Limited |