| REAL CRÓNICA DE ENERO DE 1647
		Mi vida es puramente testimonial ECOS DE SOCIEDAD Primera semana 
 El cardenal Mazarino departía con Su Majestad Ana de Austria, Reina Madre y Regente de Francia, en las habitaciones de ésta. -¿El Barón du Pointlac? ¿Os parece apropiado? -Si, Majestad, es un bravo militar, leal a la corona, ha sido ministro... -Creo que es hijo de un campesino, según dicen. El Cardenal hizo una ligera mueca. No le gustaba que cuestionaran los orígenes de los demás puesto que, aunque él lo escondiera, los suyos tampoco eran demasiado grandes. -Se ha ganado la nobleza en el frente, es Mariscal... ¿Qué mejor garantía para dirigir los ejércitos de Su Majestad? -Si vos así lo consideráis... -Lo considero, Majestad. De lo contrario no os molestaría con esta cuestión. Además, su relación con el Ministro de Estado no es mala, lo cual siempre ayudará a que la colaboración reine entre dos ramas de Francia que no siempre han ido a la par... La Reina Madre asintió y tomó un papel que firmó y selló. -Rellenadlo vos, Eminencia. Si el Barón cuenta con vuestra confianza cuenta con la mía. Mazarino realizó una reverencia y se marchó a hacer comunicar al Baron du Pointlac el nombramiento que lo convertía, de repente, en uno de los hombres más poderosos de Francia. * * * Segunda semana La segunda semana se celebró una animada reunión en Les Chasseurs: Edmond Narcis d'Estrées, Georges Vendôme y Rene Saint-Cyr se encontraron allí para pasar una velada entretenida. Sin embargo, Rene Saint-Cyr intentó desviar la conversación hacia temas teológicos, lo que, con ayuda del alcohol, hizo que sus dos compañeros de tertulia acabasen durmiendo bajo la mesa. * * * Y, a todo esto, Emile Goulet sigue en la Bastilla, contando los días a base de marcas en la pared, esperando que alguien se acuerde de él. "Por lo menos la comida es buena", piensa. * * * Tercera semana Un enorme séquito de carrozas rodeadas por Mosqueteros de la Picardía y guardias armados llegó, casi a primera hora de la mañana, a la plaza frente a la cual se alza la catedral de Notre Dame. De la primera de ellas, ataviado con el traje de gala de los Mosqueteros de la Picardia y portando su bastón de Mariscal, descendió el Barón du Pointlac, que ayudó al poco a descender a su esposa la baronesa, ya más recuperada del parto. De la segunda carroza, dos nodrizas bajaron a sendos pequeños retoños: los gemelos del Barón du Pointlac, que iban a ser bautizados. Los siguió el hijo mayor y heredero de los Barones, Louis du Pointlac, que intentaba, a sus tres años, meterse en su papel de hermano mayor mostrándose digno y solemne. Lestat du Pointlac saludó al Obispo Robier besando su anillo y se dispuso a entrar a la Iglesia siguiéndole, sabiendo que seguramente le esperaría un par de horas de sermón del Obispo y Ministro de Exteriores. Empezaba a pensar que le habían nombrado para que con lo que gustaba hablar aburriera a los diplomáticos extranjeros. Efectivamente, Su Excelencia el Obispo Robier estuvo a la altura de las expectativas y estuvo más de una hora disertando sobre el futuro de Francia como defensora del Cristianismo, y de cuán importante era que los niños crecieran en el amor a Dios y a la Patria. Finalmente, cuando los dos pequeños se impacientaron y empezaron a llorar, el Obispo notó un tirón en sus vestiduras de oficiar. Miró hacia abajo, y vio al pequeño Louis, que levantó la mirada y le dijo: -Obispo, eres muy aburrido y mis hermanitos lloran. ¡Acaba ya! Azorado por las risas que salían de las primeras filas y sin saber cómo reaccionar ante la desfachatez del pequeño, pensando que quizás era cierto que las criaturas estarían cansadas (por no hablar de los feligreses adultos), Robier finalizó el discurso con un par de frases de circunstancias y dio la ceremonia por concluida. Acabado el bautizo de los pequeños Armand-Jean y Jules, se celebró una recepción en el palacio de los Barones, en la cual no se escatimó en gastos. Los invitados: Su Excelencia el Obispo Robie lógicamente, Guillaume de Foix acompañado de Georgette, Joss Len Beaumont, Ch.d'H. acompañado de Eleonor d'Yberville, y Le Marquis de Lemaitre acompañado de Constance Lacroix. También Georges Vendôme, quien comandó una compañía de Mosqueteros de la Picardía y ejerció principalmente funciones de vigilancia y se mantuvo en un discreto segundo plano, aunque el anfitrión le obsequió también con una copa de vino y algo de comer. En cuanto a los regalos, destacaron las cajas de soldados en miniatura, que reproducían con todo detalle las enseñas de los Mosqueteros del Rey, de la Picardía y del 27º. El jardin lucía esplendoroso de flores, el palacio estaba perfectamente iluminado y la mejor vajilla adornaba la mesa. La comida era tan abundante que no hubiera nada que los invitados no se les ocurriera comer que no estuviera preparado y la calidad y cantidad de vinos disponible era infinita. Los anfitriones se mostraron corteses con los invitados e invitadas y procuraron que nada fallara. Aunque de vez en cuando podía verse a Lestat algo más serio hablar en voz baja con un capitán de los Mosqueteros de la Picardia, el joven George Vêdome, que le daba informes sobre la seguridad. Pero siempre que Lestat se entretenía demasiado en esto, Lili llegaba y con una sonrisa lo devolvía a la fiesta. Finalmente, cuando ya anochecía y mientras los invitados comenzaban a marcharse recibieron un espléndido regalo: un caballo para cada uno de ellos. Realmente, el Barón había tirado la casa por la ventana con el bautizo de sus gemelos. Además, la despedida final fue un bonito espectáculo de fuegos artificales. Más tarde, cuando la noche ya era cerrada, a la luz de una vela el Barón du Pointlac entró en la habitación donde sus dos mellizos dormían por fin. Había sido un día largo para ellos. Con una sonrisa de padre no pudo evitar pensar en su infancia. El no tuvo nada, el simple bastardo de un campesino. Y ahora había llegado a lo más alto. -Vosotros tendréis todo, seréis nobles y ricos. Os lo prometo. Dicho lo cual tomó el camino de su dormitorio, apago la vela y se dispuso a dormir el sueño del padre orgulloso... Con dinero para pagar nodrizas que sean las que se levanten cuando los niños lloran... Cuarta semana -Sumamente interesantes estas salchichas. ¿Y decís que las secan en lugar de cocerlas o ahumarlas? Qué curioso... -Pues sí, Excelencia. Pero, como véis, también tienen salchichas cocidas, esas blancas de ahí. Suelen comerlas con alubias y un poco de ajo y perejil. Una gastronomía muy simple y campesina, como podéis ver. -Os confieso que no me disgusta -respondió el Obispo-. Pero... ay... si no tuvieran esa manía de embadurnar el pan con esos tomates pasados... -Bueno... en realidad, Excelencia, no están pasados: son así, los cultivan a propósito para esto. Pero os comprendo, yo tampoco lo soporto. El diálogo entre el Obispo y el intendente encargado de organizarlo todo se vio interrumpido por uno de los diplomáticos invitados. -Ah, Excelencia. Veo que ya habéis probado nuestro fuet. Tomat, probat este vino, es de la zona central del nuestro país... Un suspicaz Robier se llevó la copa a los labios. Hum... qué vino tan raro, pensó. Parece que arrastre el sabor de la tierra donde crece la uva. Pero nada desagradable. -Curioso, ¿verdat? -el diplomático pareció adivinarle el pensamiento-. Es un trepat, una variedat de uva que sólo crece en un área muy reducida. Los suelos allí son muy blandos y arcillosos, así que la uva toma de ellos todo su sabor. Se recoge tarde, hacia octubre, y... -Er... sí, sí, muy interesante -(¿es que esta gente sólo sabe hablar de vino?, pensó el Obispo)-, pero decidme, monsieur Puigjaner: sobre el asunto de las plazas de Lleida y Tarragona... * * * De regreso de la fiesta, en el carruaje, Lili le preguntó a su esposo: -¿Qué te parecen los catalanes, querido? -Unos necios. -¿Necios? Has estado muy amable con ellos y no sueles fingir, querido. -Lo sé, pero soy Ministro de la Guerra y tengo que atenerme a ese papel. Pero mira, Cataluña se rebeló contra su Rey porque no quería mantener un ejército en sus tierras ni pagar ese ejército. Ahora tiene allí un ejército francés que paga y mantiene, es un campo de batalla que antes no era, pues no hubiéramos entrado nunca tanto en la península, y serán moneda de cambio en las negociaciones, porque Mazarino no es tonto y sabe bien que quedarse con Cataluña nos daría más problemas que a los españoles, ya que estamos muy centralizados, y que devolverla nos permitirá las ganancias que sí queremos. Así que, querida, para mí los catalanes han sido unos necios en todo este asunto, y ahora su única esperanza es que, cuando se firme la paz, Felipe IV sea generoso. Pero querida, dejemos la política por ahora, ¿No te parece que necesitamos una niña en la familia? -Creo que me esta empezando a doler la cabeza... Demasiado incienso pone el Obispo... * * * EL CABALLERO DEL MES El título de Caballero del mes corresponde a: Rene Saint-Cyr EL PATÁN DEL MES El título de Patán del mes corresponde a: Le Marquis de Lemaitre NOMBRAMIENTOS HABIDOS ESTE MES 
 ANUNCIOS DE PRESENTACIONES A CARGOS 
 
 
 
 
 NOTA IMPORTANTE: Hay dos jugadores que han mandado anuncio para SEIS cargos (tres ministeriales y tres militares). El máximo es de tres EN TOTAL (párrafo 11.0.3 de las reglas), así que les he puesto los tres primeros de la lista. Si quieren corregirlo, que me escriban cuanto antes. 
 
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 AGRADECIMIENTOS A Eduardo, por prácticamente todo el material de la crónica de este mes. NOTAS DE LOS ÁRBITROS Estimados señores, habrá que empezar a pensar en la reunión anual, ¿no? Sugiero que esperemos hasta después de la reunión extraordinaria que se celebrará en Buenos Aires, para dar tiempo a la climatología a aumentar las temperaturas un poco, pero aun así, ¡id pensando en fechas! FECHA LÍMITE PARA EL PRÓXIMO TURNO El plazo de entrega del próximo turno finaliza el viernes, 7 de marzo de 2014, a la medianoche (hora española peninsular). ¡Hasta pronto! ®"En Garde!" es una marca registrada de Margam Evans Limited |