| REAL CRÓNICA DE JULIO DE 1645ECOS DE SOCIEDAD Primera semana París parece en estado de sitio: las puertas de la ciudad están protegidas con barricadas, y los controles por parte de la Guardia de la Vieja Ciudad son más estrictos que nunca: ni un carro, ni un saco queda sin registrar. Largas colas se forman frente a cada puerta, tanto para entrar a la ciudad como, muy especialmente, para salir de ella. -¡No hay derecho!-se queja una gruesa mujerona desde el final de la cola-. ¿Cómo voy a poder vender mis lechugas si cuando llegue al mercado ya estarán mustias? -Desde luego -comenta otro campesino-, no nos dejarán vivir tranquilos hasta que atrapen a ese dichoso Du Calamar. ¡Como si todavía anduviese por París, esperando a que lo atrapen! -Dicen que lo vieron hace una semana por la Gascuña -apunta un tercero-. -Sí, y hace dos semanas por Normandía. ¡Como si tuviera poderes mágicos para moverse tan rápido! -Quizás tiene un pacto con el Diablo -dice la mujerona, bajando la voz y santiguándose-. -¡Bah! ¡Ni el diablo querría tener pactos con ése! ¡Venga, avancemos, que la cola se mueve!   
Otorgadle un título a ese hombre. Segunda semana Otro estado de sitio, de muy diferente signo, es el que Jean-Luc Hullin ha puesto al corazón de Christine Daé. Haciendo valer su influencia en la Corte, esta semana la invitó a pasear por los jardines del Louvre, donde le pidió "saber si cuando vuelva del frente, al que partiré en breve, encontraré a alguien esperándome". Por fin consiguió conmover a la dama, y ésta le dio el sí. Para celebrarlo, Hullin la llevó a cenar a L'Epée D'Or. Tercera semana Esta mañana, fray Bernard ha madrugado más que de costumbre. Sabe que el día será largo, así que se dirige a su despacho cuando aún no ha despuntado el sol. Sin embargo, una siniestra sorpresa le espera: abre la puerta y, dado que la aurora aún no da suficiente luz, se dirige a la mesa para encender un candelabro. Toma el pábulo y el yesquero ("no voy a despertar a ningún criado a estas horas para algo tan simple", piensa) y se dispone a prender las velas. Mientras está concentrado en la tarea, una sombra aparece de un rincón y se abalanza sobre él. Le coloca un pañuelo en la boca, y lo derriba. Fray Bernard comprueba aterrado que la figura enmascarada está intentando pasarle una soga por el cuello. Intenta zafarse de su asaltante, empujarlo, golpearlo con el candelabro, darle un puñetazo en la cara, pero lo han atacado por la espalda y lleva las de perder, así que decide cambiar de táctica. Con todas sus fuerzas, consigue arrojar el candelabro contra una cristalera que da al patio interior del edificio. El atacante, concentrado en parar los ataques directos de su víctima, no esperaba un movimiento de este tipo y no puede impedir que el objeto metálico rompa la cristalera y caiga al patio con estrépito. Además, fray Bernard consigue mover un pie lo suficiente como para volcar una silla, que golpea contra la puerta produciendo aún más ruido. La misteriosa figura oye voces en el patio, pasos por los pasillos, y no se lo piensa dos veces: sale rápidamente al corredor, ignora los gritos de ¡DETENEOS! de los criados, y desaparece por una puerta lateral; allí sabe que hay una ventana abierta, la misma por donde entró, en la que le espera una cuerda atada al tejado. Fray Bernard, sintiéndose libre de su captor, siente que las últimas fuerzas que le quedaban le abandonan finalmente, y se desmaya. Cuarta semana Fray Bernard yace sobre el catre de su celda con la mirada fija en algún punto indeterminado del techo calado de blanco. Apenas ha probado bocado y no presenta buen aspecto. Tiene los labios hinchados, el rostro se le ve ceniciento y lleno de arañazos; el blanco de un ojo presenta motitas de sangre, y le tiemblan los dedos. Se consuela, sin embargo, pensando que las cosas podían haber sido peor, que si no llega a ser por el estrépito de la silla y el candelabro al caer, no habría tenido tanta suerte. Deja caer su cabeza con suavidad en la almohada y sus manos permanecen un instante encima de ella, como acariciándola. Luego respira profundamente, se aclara las ideas y mientras murmura algo, hace la señal de la Cruz sobre su pecho muy lentamente, con el puño firmemente cerrado. EL CABALLERO DEL MES El título de Caballero del mes corresponde a: EL PATÁN DEL MES El título de Patán del mes corresponde a: NOMBRAMIENTOS HABIDOS ESTE MES 
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(*: El Gobernador Militar de Paris necesita nivel social 10; los demas, 8) 
(*: El Gobernador Militar de Paris necesita nivel social 10; los demas, 8) AGRADECIMIENTOS A "alguien", por la narración de su ataque a fray Bernard, y a Jordi, por el párrafo final, de la recuperación de fray Bernard. A Hibou, por los versos. NOTAS DE LOS ÁRBITROS Seguimos sin mucho material para la crónica... entre las vacaciones (las vuestras, claro, que yo no tengo) y las conspiraciones secretas, la verdad es que no hay mucho que contar :-( FECHA LÍMITE PARA EL PRÓXIMO TURNO El plazo de entrega del próximo turno finaliza el viernes, 31 de agosto de 2012, a la medianoche (hora española peninsular). ¡Hasta pronto! ®"En Garde!" es una marca registrada de Margam Evans Limited |