Capítulo aparte merece el comportamiento del teniente coronel Teau du
Lit, quien se vio con su batallón en medio de un desfiladero perseguido
por dos regimientos enemigos al completo. La  posibilidad de que
un tercer regimiento entrase frontalmente les hizo considerar la
posibilidad de forzar la marcha, pero Lucien Teau du Lit no es (no era) hombre que
diese la espalda al enemigo tan fácilmente: "Señores, si hay que morir,
moriremos matando. íCorneta! íToque de carga!" Y diciendo esto
desenvainó su sable y lo sostuvo en alto mientras el sonido de la
corneta se multiplicaba una y mil veces en los ecos de la montaña. 
Menos espectacular, aunque igualmente valeroso, fue el final de otro
valiente defensor de Francia: Jean La Fontaine cayó abatido por una pica enemiga
cuando conducía a sus hombres en un ataque de avanzada dirigido a abrir
el paso de Roncesvalles para que el grueso de las tropas pudiese
atravesarlo.
 
 
Sur de Flandes     -Dios bendiga este Regimiento. ¿De cuántos hombres
disponemos? -La voz de le Marquis du Morrow, aunque suave,
sobresaltó a su subalterno, quien tenía la vista perdida entre
numerosos papeles.
     -360 mosqueteros, 2 batallones al completo, a ello
hemos de unir 20 voluntarios de otros cuerpos y 35 civiles, todos
ellos perfectamente uniformados y dispuestos.
     -¿Órdenes? volvió a inquirir Monsieur le Marquis.
    -Presentar vuestras credenciales al alto mando en campaña a
vuestra llegada; Monsieur Lacroix decidirá segun el curso de los
acontecimientos.
    -Mon Dieu! gran encuentro os depara el destino, mi buen
marquis. No olvideis que ya tenemos una guerra con Hamburgo, serenad
vuestro talante por una vez -llegaron las palabras desde la misma
entrada a la tienda: Jean François LaCroix,Ch.d'H. venía a despedir sus hombres.
     -"Es más que probable que se os ordene reforzar las posiciones de
nuestros gascones en Maastricht, pero también es cierto que la guardia
de Su Eminencia el cardenal anda quejándose en demasía estos ultimos
dias por lo que no me sorprendería que se os ordenase su cuidado
-comentaba Monsieur La Croix mientras cruzaba la tienda.
     -No lo creo, monsieur -respondió le Marquis-. Al final los han
mandado a los Pirineos, a los alrededores de Roncesvalles. Tendrán que
apañarse solitos, porque yo no pienso cruzar toda Francia por ellos.
 Una mueca burlona y cómplice a la vez se dibujó en el rostro del
Marquis mientras sus ojos volvian nuevamente la mirada al patio de
armas.
    -Bendito regimiento -volvió a musitar para si el Marquis.
    -Por siempre loado, Marquis, por siempre loado.
Y ambos hombres permanecieron frente a la entrada, la mirada
fija, el semblante sereno y en la mente un pensamiento que escapa:
volver a ver el cielo parisino y cuanto bajo él se resguarda.
 
Mientras esta escena ocurría en el campamento de mando del Segundo
Ejército, los Cadetes de la Gascuña, gracias al ataque de distracción
que llevaron a cabo los Mosqueteros del Rey, recuperaron las posiciones
perdidas; lo que menos esperaba el enemigo era que el Regimiento tan
inferior en número que habían aplastado hacía tan pocos días pudiese
reaccionar con tanto coraje; y, cuando se disponían a aplastarlos de
nuevo con toda displicencia, se encontraron con un ataque de los
Mosqueteros del Rey. Creyendo que los derrotados Cadetes intentaban un
ataque de distracción, volvieron el grueso de las fuerzas hacia los
Mosqueteros; cuando cayeron en la cuenta de que la situación era
precisamente la inversa, ya era demasiado tarde. Los cadetes aplastaron
a la infantería enemiga y recuperaron el bastión que habían perdido
hacía poco, consiguiendo además lo que Armand de Noisel calificó como "un interesante
botín". No fue, sin embargo, una conquista sin pérdidas: Clement du
Cazotte, recién incorporado al Regimiento, fue hecho prisionero por las
tropas que huían.
 
GACETA MILITAR
Pirineo navarro
No les fueron mal las cosas a las tropas comandadas por le Comte d'Ille.
Las fronteras con el reino español parecen fortificadas y aseguradas, e
incluso se ha ganado algo de territorio. Hubo abundante reparto de
botín, comenzando por el propio comte y siguiendo con los coroneles Eric du Perpignan, Ch.d'H.
y Laurent de Boisier, quienes además obtuvieron sendas menciones en la Orden. Asimismo,
éste último pasó a cubrir una plaza vacante de brigadier general. Otros,
como Silvestre Ruisseau, Michel de Bidouze y Rene Boilot, obtuvieron un ascenso a coronel, a teniente coronel
y a capitán, respectivamente. Armand de la Fère fue mencionado en la Orden y Jean Picard
consiguió un modesto botín.
Las filas enemigas oyeron resonar docenas de cornetas a su
alrededor y, cuando estaban comenzando a sentir cierta aprensión, la
vanguardia se encontró de frente con la desaforada carga de la Guardia
del Cardenal, capitaneada por un rugiente Lucien que hacía reverberar
las rocas del estrecho paso. El enemigo interpretó el insensato gesto
como una confirmación de que su presunta presa había recibido cuantiosos
refuerzos desde el otro lado del desfiladero, hecho supuestamente
corroborado por las numerosas trompetas oídas, y los dragones españoles
trataron desesperadamente de dar la vuelta en redondo, cosa harto
difícil en tan estrecho paso. Cuando al fin lo consiguieron, tuvieron
que empujar a su propia retaguardia, mientras la Guardia convertía sus
filas en un infierno de humo y llamas en el que solamente se podía
distinguir algún capote púrpura de vez en cuando. La última vez que el
teniente coronel Teau du Lit fue fugazmente visto por sus hombres fue en
medio de un grupo de dragones, la larga y rubia cabellera ondeando libre
de la cinta que siempre la sujetaba durante el combate, repartiendo
tajos a diestro y siniestro en medio de un grupo de dragones, sin dejar
de proferir aullidos que hacían creer a las tropas enemigas que se
enfrentaban a una criatura surgida de los abismos.
Tras la batalla la Guardia batió el terreno a conciencia, pero fue
incapaz de encontrar el cadáver de su Teniente Coronel.
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Primera semana
El piadoso viaje de fray Pierre Duval tocó a su fin: llegado al frente, se encontró
con Villiers Daugé de Chevreuse según lo previsto y éste le entregó los cadáveres de los cadetes
que el buen presbítero se había empeñado en repatriar. El coronel, pese
a seguir considerando absurdo por lo patéticamente insuficiente el gesto
del capellán, le prestó toda su colaboración y hasta puso a su
disposición un carromato con conductor para el viaje de vuelta.
Mientras tanto, en París, Jacques de la Loire, Ch.d'H. no se separaba de su esposa, quien dio a luz a principios de semana. Aunque la criatura nació sin problemas, la madre se ha visto aquejada por unas fiebres puerperales que la tendrán en cama y en estado sumamente delicado durante una buena temporada. Esperemos que la enfermedad tenga un feliz desenlace.
Segunda semana
Con todo el mundo en el frente, los clubs aparecen desiertos. No fue
esto obstáculo para el padre Martin du Heyn, quien pasó la semana en un L'Epée d'Or que
contó exclusivamente con su presencia.
Tercera semana
Igualmente, muy poco que comentar: el padre Martin du Heyn repitió estancia solitaria en su
club, y Jacques de la Loire, Ch.d'H. invitó a fray Pierre Duval a una copa a la salud de su hijo en Chasseurs.
Cuarta semana
La desolación y despoblación que sufre París alcanzó sus máximas cotas
esta semana cuando, a la misa que se iba a celebrar en memoria de los
Cadetes muertos en combate, no se presentó ...ni el sacerdote. Jacques de la Loire, Ch.d'H. y
el padre Martin du Heyn, únicos asistentes, esperaron y esperaron, hasta que el obispo,
visiblemente fastidiado, tuvo que decir la misa él personalmente
pese a que su intención inicial era simplemente leer los Evangelios y
dejar que fray Pierre Duval oficiase.
¿Qué ha ocurrido con fray Pierre Duval? No sabemos nada cierto, pero algunos mendigos de los que ya son habituales de la Cofradía de la Caridad dicen que, al salir de la Cofradía una tarde, un carruaje sin marcas se detuvo, unas manos arrastraron dentro al sacerdote, y luego el carruaje salió de estampida mientras una mano arrojaba un puñado de monedas por la ventanilla, junto con unas octavillas con el dibujo de un sapo. La rebatiña producida entre los mendigos por la lluvia de monedas hizo que nadie prestase atención al carruaje cuando se perdió en el crepúsculo.
                                                 N.S.     Quien
         Cargo            Requisitos            minimo    nombra
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Aides de Division       Teniente Coronel           4    Jefes Divis.
                                                 N.S.     Quien
         Cargo            Requisitos            minimo    nombra
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1 Ministro sin Cartera  Brigadier o Baron           10    Min.Estado
La fecha límite para el próximo turno es el final del viernes, 31 de mayo de 2002.
Atentos saludos del Secretariado de Su Majestad Luis XIII