Primera semana Fuera del teatro poca actividad hubo: Armand Leclerc se alistó en los Cadetes de
la Gascuña como capitán, y Nicolas Poussin anduvo buscando a Charlotte Pézet sin
tener éxito.
 Segunda semana Tercera semana Cuarta semana 
 
 
 
 
 
 
 
 
Polémica y extraña la obra que le Théatre Royale nos ha ofrecido este mes;
el deseo de monsieur le Directeur por ofrecer algo totalmente distinto tras
los dos estrepitosos fracasos de los meses anteriores ha dado oportunidad
para que el inefable Villiers Daugé de Chevreuse nos proponga su creación maestra "La Femme Serpent",
que ha levantado una espectacular polvareda en le Théatre: unos están
entusiásticamente a favor, y otros la denuestan como un monumento al absurdo
y al despropósito. Desde este panfleto nos atrevemos a recomendar al
Comisionado de Seguridad Pública que refuerce la vigilancia en las calles ya
que no nos sorprendería ver duelos a causa de diferencias de opinión sobre
tan peculiar drama.
 El argumento de la obra es, a grandes rasgos, como sigue: la historia
transcurre en la Corte de los milagros, donde gobierna el Rey de los
mendigos, temeroso de sus propios súbditos y amenazado por una conjura
secreta que prepara su caída. Su propia esposa, una comadrona de origen
italiano, está entre los cómplices. El libreto transcurre acorde a los
mecanismos de la Commedia dell'arte con algunas escenas de humor absurdo e
intriga rocambolesca. La atmósfera de toda la obra se compone de una sátira,
en la que algunos espectadores perspicaces o malintencionados creyeron ver a
algún personaje conocido de nuestra historia reciente, en el papel de la
comadrona emparentada con los Borgia. Los temas recurren a la traición, la
superstición y la ambición desmesurada de poder que lleva a los personajes a
su perdición. El héroe, un mendigo ciego que se enamora de un perro creyendo
que se trata de la dama de compañía de la reina comadrona, interferirá sin
quererlo en la conspiración. Uno de los villanos principales, "el mariscal",
es un traficante de cargos ministeriales en la Corte de los milagros, y a más
de uno le recordó a cierto noble muy poderoso y conocido en París. El rey
muere asesinado, su esposa finge estar apenada de forma un tanto estrambótica
y poco convincente, los que sospechan de ella son envenenados, y finalmente,
el mendigo se bate en duelo con el insidioso mariscal en una escena hilarante
en la que al final el ciego sale victorioso y el otro herido de muerte y
humillado. Huye entonces de la corte para salvar su vida, y en su fuga le
acompaña el tam-tam de los malditos, un sonido que ahuyenta a los muertos.
Enterado del asesinato del rey de los mendigos, el héroe planea vengarse de
la reina, disfrazándose del Diablo y visitándola en su alcoba. Pero es la
perra de la reina (la supuesta dama de compañía) quien la diña de terror ante
el espectáculo. El mendigo, desolado, se deja prender, y muere descuartizado
por decreto de la malvada regente. Fin.
 Nota sobre la obra teatral: Para los menos versados históricamente,
el personaje de la comadrona caricaturiza a la Reina Madre, María de Médicis,
que intentó prolongar su propia Regencia e impedir que su hijo Luis XIII, el
actual rey, llegase al trono al alcanzar la mayoría de edad. Aunque la obra
sería probablemente de difícil comprensión para el público de la época y,
además, no es de tema mitológico como el 90% de los dramas de aquel entonces,
respeta la regla de las tres unidades y se supone que algunos pasajes tienen
que ser divertidos; de todas formas, las reglas son las reglas: hemos tirado
el dado, y la obra de Villiers a efectos de juego ha resultado ser
"competente", pese a toda la polémica que ha arrastrado, de modo que los
puntos de status los hemos distribuido según dicho resultado.
 
Bueno, parece que la cosa se va enredando. La verdad es que Marc y Tirs,
vuestros fieles árbitros, se han reído mucho al procesar este turno, más que
nada pensando en las tramas y contratramas que se están urdiendo y en sus
posibles resultados. La lástima es que, cuando leais esto, probablemente Tirs
ya estará otra vez camino del Canadá, así que el próximo turno, que promete
mucho, lo tendrá que procesar él solito. Por cierto: la fecha límite es el
final del viernes, 1 de febrero de 2002; como de costumbre, por favor
sed puntuales ya que quizás no se pueda hacer la habitual "repesca"
de turnos rezagados el sábado.
 ¡Feliz año nuevo a todos! Y, a los de España, ¡feliz euro! (-:
 Atentos saludos del Secretariado de Su Majestad Luis XIII 
 
ECOS DE SOCIEDAD
Indiscutiblemente, el acontecimiento de esta semana ha sido el estreno
de la esperadísima obra de Villiers Daugé de Chevreuse. Y, tal como se esperaba, "La Femme
Serpent", que tal era el título, ha levantado pasiones. El teatro
estaba literalmente abarrotado: en la platea la gente se apretujaba
como buenamente podía, y ningún palco quedó libre la noche del estreno.
Entre las apreturas pudimos distinguir a Armand de Noisel, Rene Boilot, Jean La Fontaine, Pierre Duval, Pascal Bierce y
Laurent de Boisier, estos dos últimos con sus respectivas damas. La comodidad de los
palcos quedó reservada, naturalmente, al Ministro de Estado, que invitó
al Gobernador Militar de la Provenza y al Comisionado de Seguridad
Pública. Aunque no faltaron los comentarios burlones y despectivos en
el palco de Su Excelencia, la verdad es que se quedaron a ver la obra
hasta el final, quizás más por curiosidad que por verdadero agrado.
Armand de la Fère, en cambio, rió como un condenado y aplaudió a rabiar desde la
soledad de su palco, bajando después a los camerinos a compartir una
botella con el autor y a expresarle su reconocimiento y admiración.
Jean François LaCroix,Ch.d'H., quien acudió con su dama y también alquiló su propio palco pese a
que había sido invitado por le Comte d'Ille (creemos que hubo un
malentendido entre ambos a la hora de cursar la invitación), rió en
algunos pasajes pero manifestó sinceramente no entender del todo la
obra, y comparó a los que la elogiaban sin reservas con los cortesanos
del cuento "El traje nuevo del Emperador". Jean Picard y Jean-Paul Morrow alquilaron también
un palco, pero hay que decir que no prestaron mucha atención a la obra
porque tenían su propia comedia de enredo montada: Jean-Paul Morrow había recibido
la promesa de que Evelyne Garabedien, la dama de Jean Picard, llevaría a alguna
amiga al teatro, y la amiga elegida fue... Charlotte Mousse, a la sazón
dama del mismo Jean-Paul Morrow. Sorpresas, equívocos, risas, enfados... y al final
se perdieron la obra. Philippe de Vendôme, en cambio, sí pudo seguir la obra con su
dama y ambos la disfrutaron encantados, aunque Francine Davelet tuvo
que recibir alguna explicación al oído por parte de su galán para
entender algún pasaje especialmente enrevesado. De todas formas, Philippe de Vendôme
envió una botella de buen vino al autor al finalizar la representación.
En platea, Armand de Noisel y Pierre Duval, que fueron juntos, comenzaron una animada
discusión sobre la naturaleza profana de la obra, sin que al final
pudiesen ponerse de acuerdo al respecto.
Tanto le gustó a Eric du Perpignan, Ch.d'H. "La Femme Serpent", a pesar de los comentarios
jocosos de le Comte d'Ille, que la segunda semana se dirigió a la
platea de le Théatre Royale, esta vez acompañado de su dama (que fue
quien, al parecer, insistió en verla), y volvió a disfrutar de la
obra aunque en esta segunda semana Villiers no asumió el papel del
personaje principal como había hecho el día del estreno. Mientras, Nicolas Poussin
intentó infructuosamente entablar conversación con Silvie Cristelle en
el reformado Philippe le Rouge, y el resto de los parisinos encaminaban
sus pasos a la inauguración del comedor y almacén de la Cofradía de la
Caridad, encomiable iniciativa de fray Pierre. Tras una misa, los
invitados fueron invitados a sentarse en una serie de mesas dispuestas
a la cabecera del nuevo comedor, y se les sirvió el mismo tipo de
comida que se ofrecerá a los pobres de París: un sencillo pero sabroso
caldo de carne, y unas verduras hervidas o pollo preparado de manera
muy simple, cocido en su propio jugo o frito. Fray Pierre explicó a sus
invitados el motivo de no ofrecer a sus invitados mejores manjares:
"Espero que sabrán disculpar lo magro del menú, pero tal sencillez
obedece a un triple motivo: en primer lugar quiero ofrecer a vuestras
mercedes una muestra del tipo de alimento que vamos a dar a los
necesitados, en segundo lugar deseo que esta comida, sencilla pero
santa por cuanto se ofrece por amor de Dios, represente un ejercicio de
humildad para los que hemos sido favorecidos por la Providencia y sirva
para alejarnos del pecado de la gula, y en tercer lugar nuestros
recursos aún no son tan abundantes como para gastarlos en una comida
opulenta, siquiera para unos pocos". Los invitados dirigieron miradas
resignadas a sus platos, pero nadie elevó protesta. De todas formas, la
mayoría de ellos quedó gratamente sorprendida por lo sabroso de la
comida y por lo bien que "entraba". La calidad del vino sí que fue
motivo de comentarios negativos, ya que los invitados lo encontraron
"flojo", a lo que fray Pierre respondió: "Este vino no es para
celebraciones, sino para acompañar dignamente unos alimentos básicos;
espero que sepais comprender que no es mi deseo promover la embriaguez
entre los pobres de París".
Durante la comida, además, fray Pierre ordenó abrir los portones del
almacén, y dos hileras de mendigos entraron y se sentaron
ordenadamente, empezando a comer en relativo silencio. Suponemos que
fueron aleccionados por fray Pierre y sus ayudantes prometiéndoles
comida y bebida si se comportaban. Tras la sorpresa inicial, los
invitados ignoraron abnegadamente a los inesperados comensales y
acabaron su ágape de la manera más rápida posible mientras fray Pierre
se paseaba entre los mendigos, se sentaba a su lado, les dirigía
palabras amables y confraternizaba con ellos. A todo esto, un carromato
se acercó a las puertas del local y de él saltó una troupe de acróbatas
que empezó a entretener a caballeros y mendigos. Mientras tanto, el
conductor del mismo se dirigió a fray Pierre y le entregó una bolsa de
monedas y un sobre con el dibujo de una rosa sangrando al ser
atravesada por una espada. El buen presbítero agradeció ambas cosas y
leyó en silencio la nota contenida en el sobre mientras el conductor
descargaba una respetable cantidad de harina, cereales, carne, pescado
salado, etc.
Pero nos olvidamos de detallar quiénes asistieron a la inauguración:
Armand de Noisel, Armand Leclerc, Jean Picard y Jacques de la Loire, Ch.d'H. con sus respectivas damas y este último acompañado
de tres criados que transportaban seis gallinas y un gallo, Michel de Bidouze, Pascal Bierce,
Philippe de Vendôme con su dama y Silvestre Ruisseau. Como podemos ver, caballeros de un amplio
espectro de categorías sociales. A destacar también el donativo de
500Cr enviado por le Comte d'Ille, quien prefirió perfeccionar su
dominio de la esgrima en su antiguo Regimiento.
En una esquina de uno de los numerosos mentideros de París, Pascal Bierce y Philippe de Vendôme
coincidieron casualmente y, aburridos como estaban ambos, decidieron
tomar unos vinos en el reconstruído Philippe le Rouge. Al llegar allí
encontraron a Villiers Daugé de Chevreuse, sentado en un rincón y, ni cortos ni perezosos,
sabedores de que la conversación de Villiers siempre es amena, se
dirigieron a él y le felicitaron por el éxito de su obra teatral.
Villiers agradeció sus palabras y los invitó a sentarse pero, tras un
breve intercambio de frases corteses, quedó claro a los dos caballeros
que el coronel de Cadetes no tenía el ánimo conversador esa tarde, así
que se excusaron cordialmente y lo dejaron a solas con su aguardiente y
su botella de vino de Franconia.
Mientras esto ocurría, Eric du Perpignan, Ch.d'H. y el padre Martin du Heyn alternaban en L'Epée d'Or, Silvestre Ruisseau y
Jean La Fontaine se aburrían solitarios en sus respectivos clubs, Armand Leclerc iba por fin
a ver la obra teatral de la que todo el mundo hablaba tanto, y Jean François LaCroix,Ch.d'H.
jugaba en el Casino con irregular fortuna. Quien sí tuvo una fortuna
sin lugar a dudas envidiable fue Armand de la Fère que, con su flamante uniforme de
Mayor de los Coraceros del Príncipe de Condé, decidió que estaba lo
bastante seductor como para cortejar a Charlotte Pézet... y no se
equivocó. En efecto, se le vio entrar en casa de la dama pero no se le
vio salir hasta el día siguiente.
Un espectacular suceso abrió la cuarta semana: la buhardilla donde
habita Jean Picard fue pasto de las llamas, devorando la casi totalidad del
contenido y pertenencias del coronel de Dragones. Por suerte, el
inquilino se encontraba a la sazón realizando algunas compras para la
fiesta de fin de año y sus pertenencias estaban repartidas entre su
casa y el acuartelamiento regimental, de modo que ha resultado ileso y
no ha perdido todo lo que tenía. Se desconoce si el incendio fue
accidental o provocado; nos imaginamos que el Comisionado de Seguridad
Pública querrá abrir una investigación al respecto.
Pierre Duval celebró, a petición del padre Martin du Heyn, una misa del gallo a
la que asistieron unos pocos caballeros pero, por lo demás, el
acontecimiento de la semana fue, naturalmente, la tradicional fiesta de
fin de año de le Comte d'Ille, así como los bailes y desfiles festivos
que el populacho celebró espontáneamente en las calles y a los que
muchos caballeros se unieron sin recato. Pero,
noblesse oblige, hablemos primero de la fiesta de Denis Lavoisier, Comte d'Ille.
Asistieron a la misma Eric du Perpignan, Ch.d'H. con Laure Palmère, Jacques de la Loire, Ch.d'H. con Louise Codolon,
Jean François LaCroix,Ch.d'H., Jean-Paul Morrow con Juliette DeClaude y el padre Martin du Heyn. Como se ve, una fiesta de lo más
selecto en la que, por supuesto, no faltaron manjares ni bebidas de la
mejor y más refinada calidad. Desgraciadamente no disponemos de muchos
detalles al respecto; quizás alguno de los criados de la mansión
Lavoisier, o tal vez el mismo Comte si sus numerosas ocupaciones se lo
permiten, quiera narrarnos cómo resultó su fiesta de fin de año.
En cuanto a los festejos callejeros, la gente que comenzó temprano a
celebrar el fin de año fue coincidiendo espontáneamente frente a las
escalinatas de Notre Dame, y desde allí se improvisaron marchas
festivas y pasacalles por toda la ciudad. Entre el gentío pudimos ver a
Jean Picard, montado sobre una barrica de vino con ruedas y seguido de una
pequeña banda de música que lo acompañaba a todas partes; a Silvestre Ruisseau
empujando una carretilla tapada con mantas cuyo contenido no pudimos
ver; y, bebiendo y danzando, a Armand de Noisel, Rene Boilot, Michel de Bidouze, Nicolas Poussin, Pascal Bierce, Philippe de Vendôme y Laurent de Boisier.
Nos llamó la atención ver a Villiers Daugé de Chevreuse acompañado de Claire Lagaine, montados
en una solemne carroza y tocados con coronas, recorriendo la ciudad en
busca de trastos y muebles viejos que sus seguidores iban cargando en
la carroza; al llegar cerca de la Bastilla, junto al puente, la carroza
recogió a Armand de la Fère, borracho como una cuba y disfrazado de dios Mitra, con
una máscara en forma de sol; al terminar el paseo y de vuelta frente a
Notre Dame, Villiers pronunció una breve alocución explicando que para
enfrentarse con éxito al futuro que nos traería el nuevo año, antes
había que deshacerse de todo el lastre del pasado, tras lo cual prendió
fuego al montón de trastos creando de este modo una alegre fogata y
bebiendo frente a ella hasta caer inconsciente. La dama que lo
acompañaba, algo tensa al principio de la aventura, perdió todas sus
inhibiciones durante el recorrido, seguramente gracias a los copiosos
tragos que Villiers le iba ofreciendo, y al extinguirse los últimos
rescoldos de la hoguera estaba tan borracha como él. Cuando perdió el
conocimiento, la fiel troupe de Villiers la transportó respetuosamente
a su casa.
                                                  N.S.    Quien
         Cargo            Requisitos            minimo    nombra
----------------------- ----------------------  ------  ------------
Ministro de Estado      General o Comte           12      Rey
Ministro de la Guerra   Tte.Gral. o Viscomte      12      Rey
                                                 N.S.     Quien
         Cargo            Requisitos            minimo    nombra
----------------------  ----------------------  ------  ----------
Ministro de Justicia    Brigadier o Baron          8    Min.Estado
Canciller de Finanzas   Brigadier o Baron         10    Min.Estado
Comis.Seguridad Publ.   Coronel o Chevalier        6    Min.Estado
Marechal de France      General o superior        12    Rey
Inspector Gral.Infant.  Tte.General o superior    10    Min.Guerra
Inspec.Gral.Caballeria  Tte.General o superior    12    Min.Guerra
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