Primera semana Un carruaje negro con el emblema de un chivo en las portezuelas recogió
al padre Pierre Duval frente a la entrada de Les Tuilles Bleues, y
acompañó a  Villiers hasta Chevreuse para visitar la tumba de la madre
del coronel de Cadetes.
 Segunda semana Parece ser que monsieur Villiers Daugé de Chevreuse visitó al desesperado director del Théatre
Royal, quizás para darle algunos consejos para mejorar la lamentable
programación de esta temporada.
 Del resto de los caballeros puede decirse que la mayoría optaron por
combatir el frio de dos formas: practicando esgrima o en los lupanares
del puerto. Entre los primeros se encontraron FCF, PVD, Jean Picard a quien
acompañó Laurent de Boisier, Jean François LaCroix,Ch.d'H., Armand de Noisel, Silvestre Ruisseau y Denis Lavoisier, Comte d'Ille. En cuanto a los segundos no
quisiéramos resultar indiscretos.
 Tercera semana Jean Picard se dirigía a su club para encontrarse con su dama cuando tres
maleantes le asaltaron; el dragón abatió a uno de un pistoletazo y
espada en mano se batió con el resto con gran arrojo y peligro para su
persona, mas aunque eran dos no pudieron superar la guardia de monsieur
Picard, quién los mantuvo a raya hasta que, alertados por el disparo,
llegaron prestos los hombres del Comisionado. Y mientras el  coronel
pedía disculpas a la bella Evelyne Garabedien, los dos malhechores
presos eran interrogados por la guardia, sin que por el momento haya
versión oficial de las causas del asalto, aunque un vecino afirma haber
oido a los asaltantes pedir unos documentos a monsieur Picard, bajo
amenaza de muerte, lo cual ha sido confirmado por el asaltado que dice
desconocer de que documentos se trata, si no fuere alguno de los
despachos oficiales del Regimiento.
 Mejor noche tuvieron los que invitados por Armand de la Fère se reunieron en Le
Crapaud et l'Apricot, a celebrar una mascarada de tema mitológico. Cabe
destacar la previsión del anfitrión que procuró disfraces de reserva
para evitar coincidencias, y solventar los descuidos como del
despistado Nicolas Poussin quién llegó ataviado con sus mejores galas al creer que
se trataba de una fiesta de etiqueta. Armand de la Fère se vistió de Baco, así como
Armand Leclerc y Jacques de la Loire, Ch.d'H., que sin embargo tuvieron a bien cambiar sus disfraces por los que habia
en reserva para tal menester, Jean La Fontaine era  Berón, un disfraz algo atrevido tras el
incendio del Phillipe Le Rouge,  Michel de Bidouze como Ulises, Armand de Noisel despertó la
curiosidad de todos disfrazado de caballo, teniendo que aclarar que se
trataba del caballo de Troya, RBC llevaba una enorme cabeza de toro y
unas pieles para darle el aspecto del fiero minotauro, Pascal Bierce e Ivonne
Marceau como Orfeo y Eurídice, Philippe de Vendôme y madmoiselle Davelet fueron
Andrómeda y Perseo, Pierre Duval se vistió de humilde pastor griego (suponemos
que el pastor Fido), pero si alguien llamó la atención fue Villiers Daugé de Chevreuse quien apareció
semidesnudo con sólo unas calzas y multitud de escamas policromadas
cubriendo su cuerpo, dijo ser la serpiente que proteje las manzanas de oro
del jardín de las Hespérides, y repartió un barril de vino entre los presentes
afirmando que la vid era el arbol de la sabiduría.
 Jean La Fontaine y Eric du Perpignan, Ch.d'H. se volvieron a encontrar en L'Epée d'Or y esta vez compartieron
tertulia con Denis Lavoisier, Comte d'Ille.
 Cuarta semana Quienes sí llegaron a las armas fueron el Marquis de Morrow y Armand de la Fère, que
se batieron por su honor al crepúsculo, tras el Luxemburgo. La
contienda fue breve venciendo el Marqués con toda justicia según
testimoniaron Villiers Daugé de Chevreuse y Armand Leclerc, padrinos del vencido. Parece ser que este
duelo ha molestado al Cardenal-Duc de Richelieu, no tan solo porque
desobedece su prohibición contra los duelos sino porque según parece el
mismisimo Comisionado de Seguridad Pública el padre Martin du Heyn quien tras intentar,
infructuosamente, evitar el duelo de buenas formas y con palabras, no
hizo prender a los duelistas. Por si esto fuese poco, un par de días después
se encontró el siguiente panfleto clavado en muchos lugares destacados de la Cité:
 
     Brumosa era la madrugada y el frio la sangre helaba que en mis sueños un
mendigo arrancaba un beso a bella dama para escarnio del marido cuando quiso
el cielo despertara para ser testigo de un hermoso duelo que ni la
imaginacion igualar pudiera. Seis eran los hombres que llegaban, cuatro los
padrinos dos los que se enfrentaban, uno sonreia el otro serio el ademan
traia. De rigor el saludo cumplido presentados como amigos quienes a la
muerte no temian. Cara a cara los tenia, frente a frente yo les vi tal era
la gallardia que quisiera para mi igual momento en esta vida.
     Desprendiéronse las capas y en su caida hacia el suelo mi mirada les
seguia que guardaban en su vuelo verdades y palabras, amores y porfías,
promesas y mentiras. Solo uno viviria para verlas ya cumplidas. En un solo
momento apenas despuntada el alba, con el primer brillo de sol todo
comenzaba.
     Dos espadas en lo alto, una baja y en su primer tajo busca ya la carne,
finta hacia la izquierda y todo queda en un conato sin que mane aun la
sangre. Mientras el contrario por su diestra ahora lanza, en postura
decidida, la llamada de la muerte y un acero ahi se cruza, acero toledano,
que bien detiene la embestida. No hay parada no hay descanso, dos valientes
deciden hoy su suerte. De nuevo es el ataque esta vez cruzado y hacia abajo,
de nuevo es el contrario quien escapa al fatal desenlace. Pasan los minutos
a estocadas y ripostes y aun diria yo las horas entre lances y recortes, sin
mediar palabra solo un vano juramento que entre dientes se diluye cuando
para si se muerde el dolor que los cortes le producen.
     El sol esta en lo alto y en este duelo algido nadie cede, gana nada lo
que un paso pierde en otro se reanda, lo que una espada busca la otra se
lo frena. Cuando al pronto una mueca me delata, un descuido, una falta,
lleva la guardia baja, ííPardiez!! mas rapida que mi mente es la mano que lo
hiere y esta vez encuentra hueco, esta vez es el costado. Aguanta bien el
muchacho no suelta espada ni le falta gana, mas el tiempo juega en contra y
esta firmada su derrota, firmada y rubricada en ingrata tinta roja.
     Primero la rodilla en tierra, sus padrinos se le acercan y en sus
rostros la preocupacion, que esta vez el enemigo no yerra. Su espada el
mentón sostiene y en su mirada fria no hay clemencia ni perdon, el otro sin
soltar palabra ni los ojos cierra que tan solo espera tener bien hayado su
final.
     "Detened vuestra mano", trona a espaldas una voz, es el fraile quien
le habla, "deteneos os digo, no es la muerte su castigo ni a cobrarla habeis
venido" envainada queda pues la espada y respira el herido mientras los padrinos
a socorrerle vienen.
     Después por primera vez en su rostro la sonrisa se le acerca y al
vencido le confiesa, "sois valiente, lastima vuestro empeño por ser enemigo"
media vuelta y a caballo en la bruma hoy se desvanece quien el lance ha
ganado. Y ahora en el otro lado ya se marchan tres hombres y una espada
baja.
     Sólo el aire lo recuerda, solo el aire lo retiene tan inolvidable gesta,
formidable guerra, solo el aire y un mendigo que en versos lo confiesa a
quien oirle quiera: por un duelo me volvi poeta. Por un duelo y vuestras
monedas en mi cesta, que el hambre tambien hace herida y aunque por ella no
escape sangre, igual quita la vida.
 
En el Phillipe le Rouge se encontraron Philippe de Vendôme, quien iba acompañado por su
dama y  Michel de Bidouze que comentarón lo bien que había quedado el club tras su
reconstrucción. Pierre Duval encontró por fin un viejo almacén para acoger su Cofradía.
 
 
 
 
 
 
 
Nefasta y aburrida obra, con un texto carente de ritmo, rimas simples e
infantiles, y unos actores merecedores del destierro. "Le Couvent"
pretende moralizar a un público al que solo consigue aburrir. Lo más
impactante del estreno fue una baraja arrojada con acierto por Jean La Fontaine
contra la protagonista. De no rectificarse la política de estrenos de
le Théatre Royale quizás el próximo número de la crónica no incluya esta
sección, ya que un servidor no desea seguir soportando tales insultos a
su sensibilidad artística.
 
 
Tirs ha estado ocupado, y parte del material de proceso del turno
se quedó olvidado en mi casa, así que he tenido que redactar la
crónica, cosa que suele hacer Tirs.
 Saludos
Marc
 (Nota final de Tirs: después de dos días bloqueado por la nieve, un árbol caído en el jardín, y otras
vicisitudes que no os cuento, por fin puedo dedicaros un poco de tiempo; no mucho, el justo para
añadir el calendario de cargos, convertir el texto de Marc a HTML y publicar la crónica. Ya podeis
dar las gracias a Marc porque sin él este mes no habría crónica, y es que más vale tarde que nunca).
 La fecha límite para el próximo turno es... nada menos que el próximo viernes, día 28. Justito, ya lo
sabemos. Mil perdones. Ya sabeis que la Navidad es época de perdonar :-)
 íFelices Fiestas a todos!
 
Atentos saludos del Secretariado de Su Majestad Luis XIII 
 
ECOS DE SOCIEDAD
Este mes el estreno del Théatre Royale concentró toda la atención de un
publico que esperaba resarcirse del lamentable espectaculo del mes
pasado. No acudió nadie de la casa Real, ni ningún ministro, siendo de
destacar la presencia en el palco de monsieur Jean François LaCroix,Ch.d'H. y del comisionado de
seguridad pública, el padre Martin du Heyn, a los que acompañó la esposa del primero que
llevaba un impresionante ramo de rosas. Mientras Jacques de la Loire, Ch.d'H. y su esposa
recibían de manos de Armand de la Fère una magnífica espada española, regalo de bodas
algo retardado. Algo más ruidosos Joseph de Le Bestier, Rene Boilot y Lucien Teau du Lit compartieron palco y
barajas pues ante  el tedioso espectáculo optaron por primero jugar
unas manos y finalmente por arrojar la baraja contra la primera
actriz, hecho que arrancó el mayor aplauso de la noche. También
ocuparon sendos palcos Laurent de Boisier y Jean Picard acompañados por sus respectivas damas,
estando este último más pendiente del público que del escenario. Nicolas Poussin,
Philippe de Vendôme, Pascal Bierce, Michel de Bidouze y Jean La Fontaine sufrieron en platea del soporífero drama.
La segunda semana no fue demasiado animada en el plano social; en
Chasseurs prosiguieron con la fiesta Joseph de Le Bestier, Lucien Teau du Lit y Rene Boilot, que departieron
alegremente hasta que el efecto del vino hizo que monsieur Rene Boilot
explicase unos chistes sobre el cuerpo de Mosqueteros que por fortuna
no llevarón más consecuencias que las carcajadas de sus compañeros al
no encontrarse ningún miembro del reguimiento en el club. Más casual
fue el encuentro de el padre Martin du Heyn, Eric du Perpignan, Ch.d'H. y Jean-Paul Morrow en L'Epee d'Or, comentaron los
caballeros el esfuerzo de Pierre Duval, a quien acababa de sumarse el padre Martin du Heyn, por
levantar La Cofradía de la Caridad.
Dos cosas a destacar de esta tercera semana del mes: la fiesta de
disfraces de Armand de la Fère, y el ataque sufrido por monsieur Picard.
El Casino volvió a unir a los inseparables Joseph de Le Bestier, Rene Boilot y Lucien Teau du Lit que esta vez
se comportaron de forma más correcta que en sus anteriores encuentros,
quizás por la presencia del Gobernador de la Provence y Ministro sin
cartera el caballero de LaCroix, afortunadamente las buenas maneras y
lo inadecuado del lugar evitaron que este encuentro entre el general
ex-mosquetero y los dos guardias del cardenal llegase a las armas.
    Que todo Paris lo sepa gentes de buen y mal vivir que en los
tugurios ya se cuenta y en los clubs mas distinguidos se comenta. Una espada
nueva llega a mi, corta el aire sin medir distancia ni peligro, corta el
aire sin pedir clemencia ni castigo, corta el aire por cariño, amor u
orgullo herido. Apartense de su camino, que yo la vi. Mortal es su herida
terrible su destino cuidense de ella si aprecian hoy la vida.
                                                 N.S.     Quien
         Cargo            Requisitos            minimo    nombra
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1 Ministro sin Cartera  Brgder. o Baron           10    Min.Estado
                                                  N.S.    Quien
         Cargo            Requisitos            minimo    nombra
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Ministro de Estado      General o Comte           12      Rey
Ministro de la Guerra   Tte.Gral. o Viscomte      12      Rey
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