Ha sido ésta la "campaña de los ayudantes", ya que éstos han tomado responsabilidades y adoptado
decisiones en numerosas ocasiones, contribuyendo de forma decisiva a los éxitos que nuestro Ejército
ha cosechado este mes. Ello no ha sido óbice, sin embargo, para que las recompensas se hayan repartido también
con gran profusión entre los mandos efectivos. La más destacada, el título de Comte d'Ille que ha sido
concedido al mariscal Lavoisier, amén de una mención en la Orden. 
 
 
PRIMERA SEMANA 
SEGUNDA SEMANA 
TERCERA SEMANA 
CUARTA SEMANA 
 
 
Espectacular éxito el de "Le diarie de Brigitte Jeanes" en Le Théatre Royale este mes. Una divertida
comedieta romántica que, aunque no hace justicia a la obra original en que se basa, mucho más ácida
y contundente con las relaciones hombre-mujer, mantuvo al público entretenido y soltando carcajada tras carcajada,
al extremo de que los espectadores situados al fondo se quejaron de que no podían jugar tranquilos a los naipes.
En resumen, un sobresaliente para la obra que la compañía de actores de le Théatre nos ha ofrecido este mes.
 
Otra mención, además de un ascenso a capitán y un suculento botín, consiguió Jacques de la Loire, quien
seguramente, a juzgar por la tierna despedida que le prodigó a Louise Codolon, se gastará toda su presa en
regalos para ella. Jean Picard ascendió a Teniente Coronel, y también Villiers Daugé de Chevreuse, que vio confirmado su rango de Mayor y ahora
se encuentra desempeñando en suplencia las funciones de Teniente Coronel. Eric du Perpignan, Ch.d'H. también ha conseguido triplete: botín,
mención en la Orden, y uno de los puestos más prestigiosos de toda la Armée: Coronel de la Guardia Real.
Jean François LaCroix ha conseguido el tan ansiado generalato, y no sólo eso sino que se sabe que Su Majestad le ha concedido el título
de Chevalier d'Honneur. Charles de Noisel tuvo que conformarse con el ascenso a Teniente Coronel, y ni eso pudo obtener Philippe Dubois, que no tuvo
ninguna ocasión de lucirse en la campaña. El único que ha salido escaldado ha sido Philippe de Vend“me, que ha caído
prisionero del enemigo. Esperemos que consiga volver sano y salvo.
Como de costumbre cuando los defensores de Francia están en el frente, la vida parisina de este mes se caracterizó por
su prácticamente nula animación. Algunos, como el recién llegado Armand Leclerc, hicieron verdaderos esfuerzos: para darse a conocer,
este caballero ingresó en el club Philippe le Rouge y en su primera velada en la ciudad pagó rondas de bebida a Nicolas Poussin y Armand de la Fère,
allí presentes. Claro que no debemos pensar que monsieur Leclerc es un irresponsable ajeno a la situación de su patria: su
segunda acción en París fue alistarse en los Marines Reales. Pascal Bierce, mientras tanto, llevó a su dama al teatro, donde se cruzó
con Jean La Fontaine, y a fe que ninguno de los dos se arrepintió de haber acudido al estreno. Otro recién llegado, Pierre Duval, decidió seguir su vocación religiosa e ingresó en el
seminario de la orden de San Benito.
Cabe destacar en la segunda semana el comportamiento de Armand de la Fère, que siguió y observó ostensiblemente a Justine de Sade,
llegando incluso su atrevimiento a invitarla a a dar un paseo por el parque. ¿Dónde se cree que está este
caballero? ¿En la república de los Países Bajos o en la Confederación Helvética, donde todo el mundo puede
importunar a todo el mundo como si de un país de mercaderes se tratase? Esperamos que este caballero aprenda pronto
que en nuestra Francia las jerarquías sociales tienen importancia y valor. Mientras tanto y hablando de jerarquías,
el padre Martin du Heyn consiguió su ansiada vicaría, y se dirigió a L'Epée d'Or para celebrarlo; sin embargo, tuvo que celebrarlo solo
puesto que todo el círculo de amistades que el buen presbítero acostumbra a frecuentar se encuentra en el frente. Quien
sí encontró compañía fue Pascal Bierce, que coincidió en Philippe le Rouge con Jean La Fontaine, manteniendo ambos una animada competición de
bebedores.
La tercera semana el padre Martin du Heyn recibió en confesión y ofició una misa; cabe destacar la asistencia a ambos actos del seminarista
Pierre Duval. Mientras tanto, Nicolas Poussin visitó el club y, descubriendo a Yvonne Marceau sola en éste, se dirigió hacia ella con
paso resuelto, pero en ese momento apareció Pascal Bierce por la puerta de los excusados y Nicolas Poussin, ignorante de que Yvonne ya
tuviese un galán, rindió discretamente su pabellón y pasó el resto de la tarde charlando con la pareja. [NOTA DE JUEGO:
Debido a las indicaciones que Nicolas Poussin nos ha dado en el turno, Pascal Bierce NO tiene causa de duelo contra él].
La única nota a destacar en esta aburridísima cuarta semana fue la huraña borrachera que Armand de la Fère y Pascal Bierce compartieron en Philippe le Rouge.
Durante este mes se renuevan los cargos religiosos (consultar reglas).
                 Durante este mes no se renuevan cargos.
Bueno... como algunos ya sabeis, los turnos se procesan ahora en pleno campo. Este cambio de residencia me está dando una cantidad de trabajo extra que ha hecho que la crónica de este mes se haya retrasado un poquillo y, además, sea bastante sosa (también hay que decir que los dados no han ayudado provocando "incidentes" dignos de mención). Os pido disculpas por tan flagrante abandono de obligaciones. Intentaré estar más inspirado la próxima vez.
La fecha límite para la recepción del turno es el final del dia viernes, 27 de julio de 2001. íGracias a todos!
Atentos saludos del Secretariado de Su Majestad Luis XIII
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