ECOS DE SOCIEDAD (24 Setiembre 92)
Sigue París semidesierto debido a las vacaciones
estivales de nuestros caballeros. Decepcionante debió
parecerles a los dos recién llegados, François de la
Jochotte y François du Paris, el pobre ambiente que se
respiraba en las desiertas calles abrasadas por el
implacable sol. Pocas novedades, pues, en la ciudad;
la principal y prácticamente única, el abandono de
Mussette d'Envion por parte de Pierre Le Moyne
d'Yberville, quien decidió que le atraían más los
encantos de Charlotte Mousse. Sin embargo, esta dama
se mostró de lo más exigente, y le dijo a su enamorado
galán: "Es que yo, la verdad, me pirro por los
uniformes, y vos..." Dicho y hecho, Monsieur
d'Yberville se presentó en el cuartel de los
Mosqueteros del Rey (nada menos) y a la tarde
siguiente apareció bajo la ventana de mademoiselle
Mousse efectuando ceremoniosas reverencias y
filigranas con su emplumado sombrero. Por si esto
fuera poco, cuando ésta le abrió sus puertas, él le
mostró orgulloso los galones de capitán. No cabe duda
de que M.d'Yberville sabe cómo tratar a las señoras...
El Cronista Real
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