ECOS DE SOCIEDAD (22 Abril 92)
Parece que este mes se van estabilizando las
cosas en París; la primera semana, algunos se
dedicaron a conquistar damas y otros a mantenerlas;
entre los primeros, podemos encontrar a Jean-Baptiste
LeRond, quien conquistó el corazón de Juliette
DeClaude con una apasionada serenata a la luz de la
luna llena; fue particularmente divertido ver la cara
de enfado de la señorita DeClaude cuando los sones de
un laúd la sacaron de su sueño a las dos de la
madrugada pero, cuando salió al balcón con el
consabido orinal para vaciarlo sobre el importuno, las
dulces notas y la voz que llegó a sus oídos la dejaron
paralizada y deshecha en suspiros; al notarlo el
galánte LeRond, tomó rápidamente un ramo de flores que
tenía preparado a tal efecto y lo arrojó hacia el
balcón en dirección a la traspuesta Juliette quien, al
recibirlo en su mano libre y en el colmo del
arrobamiento, no acertó a otra cosa que a ponerlo en
el "jarrón" que tenía preparado para el visitante
nocturno. Probablemente esas flores cambiarán su
perfume como resultado del involuntario experimento...
Otro caballero que parece tener buena mano para
las artes galantes es Michel Le Florite, quien invitó
a su dama a "salir a pasear para ver París nevado".
"Pero Michel", fue la sorprendida respuesta de la
dama, "¡si no ha nevado en París desde hace dos años!"
Bueno, eso es lo de menos, amada mía; con la delicada
palidez de vuestra piel, seguro que las nubes sienten
envidia y nos mandan nieve". Y, efectivamente, a los
pocos minutos de que la calesa de Michel saliese de la
casa de la dama con la feliz pareja en su interior,
empezaron a caer los delicados copos blancos.
Realmente, hay tipos con suerte...
Mientras tanto, otros caballeros decidían que la
vida militar es lo mejor para ellos: Gérard DeSuert
ingresó en los Mosqueteros de la Picardía, y Frédéric
Mercure presentó solicitudes en los Marines Reales,
los Mosqueteros del Rey y el Regimiento de Infantería
de la Gascuña. Aceptada su solicitud en los tres, se
decidió por el más reputado: los Mosqueteros.
En la segunda y tercera semanas se produjo el
escándalo del mes, protagonizado por Georgine du
Croissant, que arrastró a él a Christian duPontier y
Frédéric Mercure: en la segunda semana, Georgine cayó
a los pies del primero jurándole amor eterno y, en la
tercera, el sorprendido Christian descubrió, atónito,
a "su" Georgine en el parque de las Tullerías en
actitud sumamente acaramelada con Frédéric; suponemos
que estos caballeros resolverán sus asuntos pendientes
durante el próximo mes. ¿Reparará Christian su honor
ofendido? ¿Conservará Frédéric el amor de su dama? ¡No
se pierdan la siguiente crónica!
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