Ribera del Maas
Oudkerk
Alrededores de Amberes
Alrededores de Amberes
Cerca de la frontera francesa, al oeste de Lorena
Escasísimas las novedades de este mes en la ciudad parisina; la mayoría de los súbditos
de Su Majestad han partido hacia el frente, y los pocos que han quedado en la capital se aburren soberanamente.
Incluso el teatro, a pesar de la indudable calidad de la obra ofrecida, apareció vacío durante
casi todo el mes. El acontecimiento más concurrido fue la misa ofrecida por fray fray Martin du Heyn, a la que solamente
asisitieron Fabrice Depratier y Emmanuel Bollet ...con eso está todo dicho en lo que a ambiente respecta. Ambiente que Fabrice Depratier estuvo
buscando en vano en Phillippe le Rouge la segunda semana, mientras que Emmanuel Bollet y fray Jacques de Luc aparecían por allí
la tercera, entablando una insulsa conversación sobre el calor, que enmudeció en breves minutos.
Peor fue la experiencia de Jean-Paul Ouedec en Le Crapaud et l'Apricot la cuarta semana, ya que se encontró con que
la Dirección del club había decidido aprovechar la total ausencia de parroquianos para rebarnizar
las paredes y pulimentar los bancos y mesas. Por lo menos, Ouedec se pudo entretener viendo cómo los
trabajadores aplicaban aceite de linaza y polvo de mármol a diestro y siniestro. Sosa diversión,
sin duda, pero indudablemente mejor que no tener ninguna en absoluto.
Sorprendente hasta el último minuto, la obra "La Matrice" presentada en le Théatre
Royale, aunque algo fantástica en su planteamiento, convenció al escaso público asistente
(entre el que sólo pudimos reconocer a Jean-Paul Ouedec y a Laurent de Boisier, éste último todavía andando
ayudado por unas muletas). Poco más que comentar, en fin, sobre la obra, que podemos calificar en
resumen como satisfactoria.
Ante todo, perdón por el retraso. De nuevo, he tenido que procesar el turno yo
solito (Tirs) porque los compromisos laborales de Edu le han impedido echarme esa tan
necesaria manita que me echa todos los meses (o casi).
Otra noticia importante: no sé qué pasará con los turnos de Julio
y Agosto, por la sencilla razón de que me voy a trabajar dos meses a Italia, en
un proyecto de una empresa del grupo IBM. No sé qué acceso a Internet voy
a tener allí ni de qué medios dispondré (PC propio, tiempo libre
para usarlo, etc), amén de que ya me puedo olvidar de la ayuda de Edu, así
que lo mejor será que nos pongamos en lo peor y consideremos que a final de Julio
y a final de Agosto no habrá turnos. Una vez esté allí y vea la
situación, ya os enviaré como pueda un mensaje a la mailing list con las
explicaciones necesarias.
Y, volviendo al turno actual, algunas voces malintencionadas han sugerido que me he
dedicado a hacer limpieza sistemática de personajes antiguos. La verdad es que tal
sugerencia me ha dolido mucho, y me gustaría saber qué puedo ganar yo
manipulando los resultados de las campañas para cargarme a los personajes que
lleven más de X tiempo en el juego. Como ya he dicho en algún mensaje
privado, lo que beneficia a la partida es que los personajes duren, para darle
continuidad, y no que sea un continuo entrar y salir de parisinos-carne-de-cañón.
La cantidad de muertos que ha habido este turno se ha debido, en su mayor parte, a un
exceso de imprudencia (por ejemplo, reducir una tirada de muerte de 11 a 7 y luego sacar
un 9 en los dados). No voy a publicar las jugadas de los fallecidos porque para mí es
una regla sagrada que las jugadas son confidenciales. Lo único que quiero recordaros
a todos es que mi misión en la partida no es hacer y deshacer, sino simplemente recoger
vuestras jugadas, entrecruzarlas, tirar dados, y dar forma narrada al resultado.
El próximo turno tendrá que estar para el VIERNES 30 DE JULIO DE 1999,
antes de las 23:59; como ya os digo, no puedo prometeros que pueda procesarlo pero, por
lo menos, estoy dispuesto a intentarlo. En el peor de los casos, tendríamos que
esperar hasta Septiembre. ¡Esperemos que no!
Atentos saludos
del Secretariado de Su Majestad Luis XIII
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Campaña dura y, en algunos casos, sangrienta la que los defensores de Francia
han tenido que afrontar este mes en tierras flamencas. La Brigada de Guardias
se encontró maniobrando en un barrizal con una columna de lanceros enfrente; a
pesar del tiempo infernal, los lanceros mantenían impertérritos la posición,
por lo que el general Baladour decidió un movimiento de tenaza con los tres
Regimientos de su brigada. La operación obtuvo algún resultado global, pero
los Regimientos implicados. Los dos flancos, soportados por la Guardia
Real y la del Cardenal, consiguieron romper el frente enemigo y desbaratar
la retaguardia de los lanceros leales a los españoles. El Coronel Lavoisier consiguió por
fin su tan ansiado generalato, pues Baladour fue transferido al Estado Mayor.
A raíz de esto hubo una serie de ascensos para ir cubriendo las vacantes
producidas: Jean-Paul Le Mound ascendió a Teniente Coronel, y Eric du Perpignan fue puesto al mando de la
compañía C del segundo batallón. Tampoco Antoine de Hautemort se quedó sin su ascenso.
El problema se lo encontraron los Mosqueteros, que se encontraban cubriendo la
parte frontal: la mitad posterior de la rota columna enemiga se replegó sin
demasiado problema, pero la delantera, al verse rodeada, decidió huir hacia
adelante y arremeter contra los Mosqueteros del Rey, que recibieron de lo
lindo y sufrieron fuertes bajas. Aunque en algunos momentos ya todo parecía
perdido para los Mosqueteros, el valeroso liderazgo y la entereza y moral que
Amadis L'Amour transmitió a sus tropas evitó una verdadera catástrofe, aunque hay que
decir que hubo varias bajas en el infierno que se desató. Pierre de Montfort fue cogido en
medio del avance enemigo y atravesado por las lanzas sin casi oportunidad de
defenderse. Al perder de vista a su compañero, Jean Fran‡ois LaCroix partió en su busca sin
dudarlo un momento, atravesando a golpe de culata las líneas enemigas;
arrastrándose durante el último tramo, sorteando cadáveres, llegó hasta el
gravemente herido Pierre de Montfort y empezó a arrastrarse con él en dirección a las líneas
francesas. Cuando llegó a las posiciones de los Mosqueteros, Pierre de Montfort fue
rápidamente atendido, pero nada se pudo hacer por él y falleció al poco
tiempo. La gesta, sin embargo, le valió a Jean Fran‡ois LaCroix una mención en la Orden y el
ascenso para cubrir la plaza de Mayor que Pierre de Montfort dejaba vacante al morir. También
Fran‡ois Villon encontró la muerte por una lanza holandesa que probablemente fue fabricada
en España.
Más suerte tuvieron Louis de Velarde, a quien una pica le falló el corazón por pocos
centímetros, y Grichet des Wardes, que salió despedido por los aires a unos tres metros de
altura al explotar cerca de él una granada de obús. Ambos obtuvieron una
mención en la Orden por sus méritos en combate, y además fueron devueltos a
París para reponerse, considerándose afortunados de estar vivos.
El caso de Emmanuel Bollet es preocupante, ya que desapareció durante un reconocimiento de
la tierra de nadie. El último en verlo fue Amadis L'Amour, quien le insistió que debía
esperar a que de disipase la espesa niebla que cubría el terreno; sin embargo,
Emmanuel Bollet insistió en que había muchas probabilidades de encontrarse con una orden
de ataque al amanecer y en que era importante conocer a fondo la zona para
buscar posibles puntos defensivos. Esperemos que a Emmanuel Bollet no le haya sucedido
nada malo y que reaparezca sano y salvo en algún punto del frente.
Si hay una palabra que pueda definir cómo resultó el asalto y toma de Oudkerk
para la Brigada de Dragones, esta palabra es "provechoso". En
efecto, los Dragones, y muy especialmente los del Gran Duque Maximilien de
Valois, mandados por Joseph de Le Bestier, recogieron todos un substancioso botín. Pierre Merlot, además,
recibió un ascenso a Mayor con mención en la Orden, y Joseph de Le Bestier también fue
mencionado por el excelente mando de sus tropas. El más favorecido fue, sin
embargo, Jean-Luc d'Armand, que recibió una doble mención en la Orden y, al cabo de pocos
días, un despacho lacrado con el sello real: d'Armand ha sido convocado a
Palacio, "tan pronto como sus obligaciones militares lo hagan
posible", para recibir el título nobiliario de Chevalier d'Honneur. Sin
embargo, el asalto también tuvo su parte trágica: entre las pocas víctimas
francesas que yacían frente a la empalizada se encontró el cadáver de Ricard de Maurice,
con la cabeza atravesada por una bala de mosquete. Que Dios tenga piedad de su
alma.
En una colina dejada de la mano de Dios, la Primera Brigada de a Pie esperaba
el asalto masivo de dos divisiones de católicos flamencos, leales al Rey de
España. Al amanecer, la caballería flamenca cargó a sable contra nuestra
Brigada y la diezmó sin ninguna dificultad. Allí encontraron su destino de
héroes muchos franceses; otros, como Adrien Ducroix, estuvieron a las puertas de la
muerte, y otros como Phillipe La Mochen pasaron a engrosar las numerosas filas de los
prisioneros de guerra. A pesar de la hábil disposición defensiva del general
Lafayette, poco pudo hacer este puñado de valientes contra la rápida y eficaz
caballería flamenca, que además los superaba ampliamente en número.
Mientras tanto, algo más al Norte, los Coraceros del Delfín pasaban otro mal
rato. Paul Besson, al ver caer muerto de repente a Guy de Jouvenel, fue presa del pánico y pasó
el resto del asalto enemigo en la copa de un árbol cercano. La cosa se ponía
fea para los Coraceros, pero al final los Cadetes de la Gascuña salvaron la
situación mediante un ataque a la desesperada que sorprendió al enemigo,
ataque en el que, en medio del fragor, se oían intermitentemente unos cantos
satíricos de taberna, cantos en los que alguno creyó reconocer la voz de
Villiers Daug‚ de Chevreuse.
Irónicamente, los más acostumbrados a ver acción fueron los que menos acción
vieron: los Regimientos Fronterizos significaron principalmente aburrimiento
para Jean-Luc du Foix, Jacques Lebeau y Jacques-Albert Resnais, que esperaban encontrar algo de acción este mes pero se
vieron decepcionados. Para acabar de destrozar su moral, Aurelien Bienheurex fue víctima de
una emboscada durante una patrulla, y la noticia de su muerte cayó como un
mazazo sobre una tropa ya de por sí desmoralizada por verse forzada a la
inactividad en medio de un agobiante calor. Fue, en efecto, un golpe de mala
suerte que les hizo recordar que la guerra siempre es guerra, por insulsa y
aburrida que pueda parecer a veces.
N.S. Quién
Cargo Requisitos mínimo nombra
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Rector Cura 6 Vicario
Ayte.del Obispo Abad 8 Obispo
Of.Diocesario Vicario 10 Arzobispo
Chancellor Vicario 11 Arzobispo
Vicario general Vicario 12 Arzobispo
Tte.Coronel Capellán Obispo 11 Coronel
Ayte.del Cardenal Obispo 12 Cardenal
Admin. diocesario Obispo 12 Cardenal
General Capellán Arzobispo 13 Mariscal
N.S. Quién
Cargo Requisitos mínimo nombra
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Durante este mes no se renuevan cargos.